jueves, 4 de marzo de 2010

El evangelio de Judas

Muchas veces nos vemos en situaciones y momentos en los que la voluntad y el propósito de Dios en nuestra vida, familia, iglesia o ministerio no concuerda con nuestras expectativas y objetivos que nos hemos trazado, y es por el hecho de que la mayoría de veces tratamos de aplicar nuestros métodos científicos y estadísticos para trabajar en el reino de Dios, perdiendo de vista que de este lado las leyes espirituales son las que rigen y determinan nuestro presente y futuro.

En muchas oportunidades vivimos el evangelio de judas en lugar del evangelio de Jesús.

Lo digo porque la mayoría de cristianos se frustran y enojan porque las cosas no se hacen como ellos quieren, poniendo en duda el llamado y la voluntad de Dios sobre las personas.

Durante estos hermosos 15 años en visión de fe, he aprendido que Dios no se equivoca al llamar a su servicio, no importa que a los ojos de las personas no parezca que tengamos el potencial o habilidades para trabajar, si hay una buena disposición para agradar a Dios, podemos lograr nuestros proyectos y sueños.

Pero sigamos con Judas, sus métodos socialistas y humanistas no encajaban con el trabajo espiritual de su maestro.
En muchas ocasiones las decisiones y formas en las que su mesías solucionaba las cosas le parecían ridículas y una perdida de tiempo y recursos.

Había estudiado para ese propósito, pues el grupo comunista al que pertenecía, le había inculcado celo por su pueblo y una interpretación violenta de la promesa del mesías.
Qué desilusión ver que su mesías no iba a tomar el poder por la fuerza, sino por el contrario, sus enseñanzas de poner la otra mejilla parecían confundirlo y enojarlo mucho, el que las personas dieran una “gran” ofrenda significaba para el una mala inversión del capital que podía utilizarse para fines de bienestar social, y de paso ganarse adeptos en su grupo político.

Nuestra iglesia es criticada por una falta de vida social para hacer de las congregaciones lugares cómodos y carnalmente placenteros, sin estorbar las ataduras y circunstancias que no nos permiten ver a Dios obrar en nuestras vidas.

Hay Judas!! su mesías estaba libertando a su pueblo de la muerte, la pobreza, la enfermedad, el oprobio de ser colonizados por los romanos, de la maldición del pecado, y el, enfermo de poder y dinero, jamas se imaginó que el reino de Dios estaba siendo establecido por el Rey de reyes y Señor de señores ante sus propios ojos.

Por eso es muy fácil vivir el evangelio de Judas, enfrascado en una vida de perfecciones humanas, teniendo siempre un mejor y mas eficaz método para hacer las cosas, perdiendo el privilegio de ver el reino de Dios en nuestras vidas y en las de los que nos rodean.

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