La maravilla del primer amor !!!

Esta semana recibí una muy buena noticia, mi cuñado hizo su profesión de fe, es decir, ahora forma parte de la familia espiritual de Dios. Es bonito ver como el está a la expectativa de lo que Dios tiene preparado para el y una sed asombrosa por conocer mas de Dios.

El asunto es que al recorrer un par de meses o años en la vida cristiana nos vamos gastando esa ansiedad o sed por conocer mas del amor de Dios porque ya damos por hecho que lo tenemos.

Un ejemplo común, hay ocasiones en las que doy por sentado que mi esposa está conmigo y dejo de disfrutar de su compañía por pequeñas discusiones absurdas sobre que programa de televisión vamos a ver, a cual supermercado vamos a ir de compras, y lo mas importante, cuanto se va a tardar en el bendito super!, como decorar o distribuir la casa, hasta como corregir a nuestra mascota.

Simplemente mi pasión por la lectura, y ahora también la escritura me hacen sumergirme en un estado de misa de cuerpo presente, porque ahí estamos compartiendo el mismo espacio, pero metido de cabeza en mis cosas, leyendo un buen libro o pensando por un buen rato como es que las cosas caen de arriba hacia abajo y viceversa, hasta que escucho una voz femenina muy distante que con cierto desaire me regresa a la vida real, otra vez mi amada pajarita hablando con un bodoque de carne que no le está prestando la atención que en ese momento necesita.

Sin darme cuenta, y asumo la responsabilidad, pierdo de vista que ella no es un regalo, es EL REGALO (don) que Dios me ha dado, se me olvida que al principio cuando la conocí cada vez que la veía pasar revolucionaba mi corazón, como dice mi padre espiritual, me sudaban las manos y con justa razón, me había enamorado.

Quiero recalcar y dejar bien establecido que amo a mi esposa y procuro tratarla como vaso más frágil, pero seria una falacia si dijera que el cien por ciento de veces ella es el motivo de mis pensamientos y que no discutimos por nada porque somos la pareja mas linda que Dios ha unido, que no hay ocasiones en las que quisiera que las cosas se hagan a mi manera sin estar bajando todos los santos y rogando a Dios que la convenza, porque no tiene sentido embarcarme a un proyecto o aventura de fe si ella está con otra visión.

Claro, déjeme decirle que no soy un pan caído del cielo, también tengo mis malas pulgas y le saco canas verdes casi todos los días y ella con mucho amor me acepta como soy (gracias mi amor).

Pero dejemos a un lado la relación matrimonial de su servidor y vamonos con Jesús.

No me diga que todos los días al despertar siente mariposas en su estomago producto de su admiración y agradecimiento a Dios por un nuevo Día, no me haga pensar que en todos los momentos de alabanza y adoración en nuestras iglesias la gratitud corre por nuestras venas y explota en nuestros labios una fuente de palabras de admiración, gratitud, amor y pasión por El.

El primer amor no es un sentimiento, es un estado donde yo decido permanecer en gratitud y fidelidad hacia mi creador. Es la actitud que decido tomar de pensar en lo bueno y digno de ser mencionado de mi prójimo, es como yo decido ver la vida, es como yo decido caminar hacia la voluntad y el propósito de Dios en mi.

Mi cuñado expresó una tremenda verdad, “no me importa que la gente se burle porque acepté a Cristo, lo que si me preocupa es perseverar en El y hacer bien las cosas”

Eso mismo estoy pensado en este momento, debo esmerarme por perseverar en el amor a Dios y a mi prójimo, solo así podremos disfrutar de la bendición de ver lo que Dios nos ha dado y de la riqueza que poseemos, no en la lista de peticiones o caprichos que todavía no tenemos.

Chele, gracias por darnos ésta lección y de recordarnos el primer mandamiento, amar a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo.