lunes, 20 de abril de 2020

Desierto necesario


14 »Por eso, ahora voy a seducirla:

    me la llevaré al desierto
    y le hablaré con ternura.
15 Allí le devolveré sus viñedos,
    y convertiré el valle de la Desgracia[d]
    en el paso de la Esperanza.
Allí me corresponderá, como en los días de su juventud,
    como en el día en que salió de Egipto.  

A todos nos gusta que nos cortejen, ser correspondidos en todos los aspectos de la vida, desde un cordial saludo matinal hasta el amor entregado a la pareja, nos gusta que nos devuelvan recíprocamente el afecto que expresamos a los demás.

Oseas, el escritor del párrafo citado en la introducción tiene este mismo problema: hizo todo lo que estaba a su alcance para darle a su amada una vida nueva y buena, con todo lo necesario para que crecieran juntos como matrimonio. Él fue un tipo romántico, tan caballeroso que nunca recriminó nada de la vida pasada de su esposa, al contrario, a base de amor y ternura le daba el lugar de una elegante y distinguida señora... esta dama no tenía nada que envidiarle a sus vecinas, sus amigas de seguro la tildaban de 'suertuda' por haberse encontrado un buen hombre.

Pero, oh sorpresa!, La valorada esposa desprecia todos los bienes con los que ha sido adornada, deja su vida de estabilidad y abundancia por regresar a las empolvadas calles del pueblo, a la vida desenfrenada de donde la vida le había dado la oportunidad de salir con un futuro prometedor....hoy lo que está comprometido nuevamente es su honor y el de su esposo.

Para sorpresa del pueblo, Oseas es un romántico empedernido, un corazón bohemio de esos que aman apasionadamente y se enamoran de verdad, y dispuesto a pelear por su amada la llega a buscar para brindarle todo lo que al principio le brindó...todo su amor!

Cómo una dulce analogía...Dios de la misma manera nos ama intensamente! tanto que decidió despojarse de lo más preciado para EL, para el cielo....su amado hijo!, todo por desposar una mujer malcabresta, que a la primera oportunidad corre a embriagarse con los vinos de la arrogancia y la avaricia, a prostituirse con el odio y el resentimiento, a tener amoríos con la soberbia y la ingratitud...

La única opción es llevarla al desierto...confinarla en un encierro necesario para que se diera cuenta que es muy amada, que no necesita hacer nada más que dejarse amar, que pase momentos solos con su pareja para volver a construir sueños y proyectos juntos.

¿No le parece que Dios ha llevado al desierto llamado cuarentena? seguramente no es para dejarnos morir de inanición(aunque lo merecemos por haberlo abandonado), sino más bien para enamorarnos, para hacernos sentir que EL es suficiente para satisfacernos...este desierto es pasajero, no nos desesperemos, nuestro amado está con nosotros en medio de el.    

martes, 14 de abril de 2020

El arte del perdón

Quiero retomar la pluma de escritor y empezar a compartir temas de mucho interés personal, individual y de crecimiento espiritual. en estos tiempos en los que estamos confinados con nosotros mismos, debemos hacer una reflexión introspectiva, con toda honestidad para poder salir de este distanciamiento social siendo mejores seres humanos, mejores personas. El peor enemigo del ser hombre es el mismo hombre, ¿no será que necesitábamos enclaustrarnos para tener tiempo para meditar y dejar de lastimarnos entre nosotros mismos?


Quisiera empezar a reflexionar acerca del perdón...


Me gusta el arte en todas sus formas de expresión: música, pintura, escultura, letras..,etcétera. Creo firmemente que dentro de cada forma de expresión de arte está el soplo divino, esa chispa de inspiración del cielo que hace tangible lo que existe en la mente inquieta y aventurera del artista.

También creo firmemente que todos, en una medida, tenemos un don, una tarea o actividad que nos hace seres individuales y únicos, ese "algo que todos sabemos hacer bien". Mientras uno de nosotros puede ser hábil para los números, otro puede ser excelente con las letras, alguien es un excelente artista de la madera mientras otros son buenos economistas.

Tratar con las cosas del alma también es un arte, a unos se les hace tan fácil el perdonar, mientras que que para otros suele ser una escalinata muy pronunciada y escabrosa. Pero por muy difícil que sea el recorrido hacia el perdón, es necesario y vital para poder disfrutar de paz interior.

A todos nos gusta recibir el perdón, solamente una persona arrogante es incapaz de recibirlo, pero cuesta mucho el poder dar el perdón a otros, ese es un tema escabroso porque nos hace vulnerables, debilita ese blindaje que montamos como auto defensa, para muchos es inconcebible el perdonar, están tan lastimados y, peor aún, acostumbrados a esas laceraciones del alma, tanto que la acción profiláctica de perdonar no puede hacer el efecto de limpiar esas heridas.


Es ahí donde debemos todos recurrir a  la ayuda divina para perdonarnos primeramente nosotros mismos de nuestros errores, y luego tener la habilidad de poder regalar nuestro perdón a nuestro prójimo. El problema del ser humano es que se siente muy propio, muy dueño de su vida y un gran legislador de sus acciones, esto nos pone en un contexto de autocracia, es decir que no debemos rendir cuentas a nada ni a nadie, y este es el principio  que rige nuestro sistema social, dejando a un lado a Dios....y cuánto necesitamos recibir el perdón divino! poder aferrarnos a las palabras del maestro de galilea cuando nos invita a depositar sobre Él nuestras cargas y vivir plenamente...claro que va implícito el aceptar la soberanía de Dios sobre nosotros, es decir, no mandamos más nosotros, El toma el control (o desea hacerlo) de nuestras vidas.

Cuando realicemos que necesitamos del perdón, que nos equivocamos, que no somos perfectos, que somos falibles, desleales primeramente con Dios y por ende con los que nos rodean, el perdón nos liberará del perfeccionismo, de las ataduras del "qué dirán" y nos permitirá en ese mismo sentido de reciprocidad, extender nuestro perdón a los que tenemos cerca.

El mandato divino es perdonar a nuestro prójimo...pero primeramente debemos recibir el perdón divino, luego perdonarnos a nosotros mismos, no hay atajos, no existen caminos cortos...mientras más nos acerquemos a Dios y a su misericordia, entenderemos a profundidad lo que significa el perdón.



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