sábado, 27 de febrero de 2010

Renovar el espiritu de nuestra mente

Qué difícil es para los seres humanos enfrentarse a nuevos cambios y retos en las áreas de la vida: físicos, mentales, emocionales, pero por sobretodo Espirituales.

Y lo digo porque aunque sepamos que debemos estar renovándonos constantemente, nos dejamos arrullar por el parsimonioso canto de la comodidad, conformismo y costumbre, que generan en nosotros un nocivo ambiente de mediocridad.

En asuntos tecnológicos es imperante la renovación, la búsqueda por un mejor rendimiento y productividad, son los alicientes de las personas que dominan este rubro, superando sus expectativas y desarrollando más y mejores herramientas para ayudarnos en nuestras tareas diarias.

Los cristianos, muy por el contrario de esta práctica, nos cuesta mucho romper esas barreras de temor, inseguridad o miedo a los cambios o retos, perdiendo de vista que el conocimiento no se estanca, el aprendizaje nunca termina y que si dejo de experimentar cosas nuevas en la vida, estoy comenzando a sobrevivir en lugar de vivir.

Me entristece ver como nos ponemos cercos y limitantes en todas las áreas, la tecnología nos abruma, los retos de la sociedad moderna nos amilanan, el aprender un nuevo idioma u oficio técnico vocacional nos aterroriza, leer la Biblia vez tras vez (si es que la leo) nos parece ya un habito tedioso porque los pastores nos la leen el domingo, soñando con sacarme la lotería de la vida, sin haber comprado el boleto para jugar.

El músico nace y despues se hace, como la mayoría de profesiones y oficios en la vida que son prominentemente resultados de una vocación o llamado. Un llamado o propósito como lo llaman otras personas, implica no solo saber para qué fui hecho, sino, prepararme espiritual, emocional e intelectualmente para poder desarrollar al máximo mí trabajo, propósito, llamado o vocación.

El cristiano nace de nuevo y despues… sobrevive en lugar de tener vida, y vida en abundancia.
Y lo peor es que no podemos aducir ignorancia, porque sabemos por todo lo largo y ancho de la Biblia que Dios llama, pero nuestro trabajo es prepararnos, es decir, esforzarnos por hacer nuestro papel en el reino de los cielos de la manera mejor posible.

Esa es la razón por la que Pablo nos recomienda renovar el espíritu de nuestra mente.

1 comentario:

Dajanny dijo...

Excelente artículo compañero!
Lastimas que limitamos el acceso de DIOS a nuestras mentes y solo lo dejamos renovar ciertas areas!

Entrada destacada

Llueve!!

Esta noche mientras llueve lentamente, empecé a reflexionar sobre lo efímero de la vida, sobre lo volátil del ser humano ante las cosas inta...