En el
artículo anterior escribí una lista sobre lo que no se debe hacer con la música
dentro de la vida cristiana, errores que comúnmente cometen los músicos evangélicos
y que distan mucho de lo que le agrada a
Dios, pues continuaremos con este listado acerca de la música…
Poner en
nuestra vida a artistas no evangélicos como ejemplo y paradigma a seguir.
Por
mucho que su voz sea hermosa, que su ejecución de un instrumento sea majestuosa
o que las letras de sus canciones sean un desborde de versos y prosas, eso no
lo hace Dios se agrade de sus actos, necesitamos encontrar coherencia
entre lo que se vive y lo que se
escribe.
Agarrar
las costumbres de los artistas no cristianos para imitarlas.
Se
supone que somos una contracultura, eso quiere decir que pensamos, actuamos,
vestimos, comemos, hablamos y vivimos diferentes a lo que la cultura del mundo
proyecta.
Consumir
música sin escudriñar la fuente y el propósito de esta.
He
encontrado que las personas latinas tararean la música en inglés sin entender
que es lo quela letra dice, así pasa en el ambiente evangélico, solo porque una
canción menciona a Dios en una frase, ya la convertimos en el lema de nuestra
vida, escudriñemos lo que nuestros oídos están consumiendo.
Tocar o cantar sin responsabilidad.
En la
biblia podemos ver que la música de alabanza o adoración a Dios siempre tiene
una finalidad: exaltar Su Nombre, si vas a tocar o cantar lo que se te venga en
gana, por favor no digas que eres cristiano,
quizás un simpatizante de Jesús, pero no comprometida con Su Reino.
Pensar
que andar de iglesia en iglesia es congregarse.
Lo he
visto muy de cerca, los grupos de música “cristianos” no se congregan, van a
las iglesias porque les invitan a participar de la liturgia eclesiástica o algún
evento especial, y creen que con eso no están dejando de congregarse, pero hay
un grave problema en este asunto porque primeramente no hay una cobertura
espiritual a quién rendir cuentas y que cubra e interceda, no hay una familia
espiritual que nos espere y añore cuando se está ausente, no hay diezmo ni
ofrenda, y por último, no hay crecimiento espiritual.
Toda
esta lista la he visto a l largo de estos diez y siete años de estar sirviendo
a Dios como salmista y adorador, mis ojos han observado a músicos y cantores
profesionales, que se han desviado dejando a un lado la esencia de la adoración
y que ahora son nada mas címbalos que retiñen.
Me gusta hablar lo que es, así he sido enseñado
en Visión de Fe, mi iglesia, pero por sobre todo, es lo que nuestro Señor espera
de nosotros, que vivamos como apartados para El!
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