sábado, 13 de julio de 2013

Domingo, el día del Señor!!!

Recuerdo que cuando tenía nueve años de edad, íbamos con mi abuela materna a una iglesia muy grande en número, y cada vez que se llegaba el día domingo era la misma historia...

Nos levantábamos muy temprano para alistarnos para ir a la casa de Dios. No bañarse ese día era pecado mortal, pensar en ir de pantalones de lona y camiseta era igual o peor. La major ropa era para el domingo, no podíamos presentarnos a la casa de Dios desgarbados, con la camisa de fuera y zapatos tenis. Para ese entonces utilizaba algo que creo que ya no existe, pañuelos de tela.
No se podia pensar en desayunar en casa, eso jamás, nuestra mission era llegar temprano y apartar los mejores asientos en la segunda o tercera fila, razón por la cual nos proponíamos estar siempre una hora y media antes de comenzar la reunion. El desayuno era a lo más típico salvadoreño: pupusas, y más me valía comer con el mayor cuidado para no ensuciar mi ropa.

Al finalizar el servicio de la iglesia al medio día, nos disponíamos a buscar un lugar en los abarrotados cafetines de los alrededores del templo para poder almorzar en cuarenta y cinco minutos y estar listos... para el siguiente servicio!!!!

¿Porqué le cuento todo esto?
Porque en mi mente y corazón está grabado a fuego que el domingo es para el Señor!! ese día no es negociable, por lo menos la mañana no lo es!!
No podemos dejar pasar por alto que Jesús nos invita a comer a la mesa con él cada día de reunion en nuestras Iglesias. Sorprendentemente veo personas en mi congregación que llegar ya empezado el servicio. Otros llegan a la hora de la predicación para no darle a Dios alabanza, adoración, mucho menos ofrenda.

Hay personas que se presentan a la casa de Dios con cualquier tipo de vestidos, con camisas de equipos de futból, otros con gorra y tenis desamarrados, peinados alborotados y jeans rotos.

No soy legalísta, para nada, pero me enseñaron que a Dios se respeta hasta con la manera de vestirse, no me diga que si el presidente le invita a comer usted va a llegar con jeans, camiseta y sandalias, y aunque se atreva a llegar a la casa presidencial en esas fachas, le aseguro que no lo dejan entrar, pero a la iglesia si nos presentamos así porque los diaconos no pueden reservarse el derecho de admission.

Mañana es domingo y se me vino a la memoria todo lo que le relate, ¿no le parece que necesitamos recuperar esas buenas costumbres? bueno, por lo menos en la puntualidad y en la disposición de nuestro corazón a recibir su palabra deberíamos de cambiar...¿no cree?




 

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