jueves, 9 de febrero de 2023

Conversando con "El Ego"

 "El rey reflexionó y dijo..."

Uno de los pecados más insidiosos dentro de la humanidad es la murmuración, y no hablo solamente en términos eclesiásticos, sino a nivel de la sociedad, y debemos ser más explícitos, en la familia, pero vamos más adentro, en el matrimonio, pero podemos ahondar un poco más...en el individuo.

Un rumor o una murmuración en una sociedad puede terminar desestabilizando un grupo de personas logrando perturbar la paz y generar caos y confusión. De la misma manera en la familia, la murmuración puede suscitar heridas muy profundas y difíciles de sanar en los corazones de nuestros seres queridos.

¡Y qué podemos mencionar acerca de la murmuración en el matrimonio! es la entrada a juzgar, a celos, y con esto el enemigo se roba la paz del hogar.

Pero...¿se puede murmurar con uno mismo? La respuesta es simple..,¡Si!

Que nadie tenga más alto concepto de si mimo que el que deba tener- fue el sabio consejo que el apóstol Pablo dejó plasmado en su carta los romanos, y es que, a fuerza de ser sinceros delante de Dios y de nosotros, la mayoría de veces nos vemos inconscientemente hablando muchas veces con nuestro propio corazón, siendo muy benevolentes con nuestra alma y con nuestros pensamientos, es ahí donde corremos el peligro de dialogar con nuestro "Ego", ese instinto que nos impulsa la mayoría de veces a elevarnos y perder de vista que el único grande, admirable y digno de reconocimiento debe ser el que nos hizo, el creador de nuestras vidas.

Pues en el relato bíblico se nos cuenta acerca de una peculiar conversación que se llevó a cabo en el balcón real, en la intimidad del palacio, en la alcoba del rey, el emperador más grande de su tiempo, solo su nombre es imponente...Nabucodonozor, no hay quien  no le tema a ese nombre, a su imperio; Pueblo reconocido no sólo por su ejército avasallador, sino también por su nivel de cultura, su nivel de conocimiento en todas las ciencias: escritura, música, arte, y no hablar de su arquitectura....¡ahh esos hermosos jardines colgantes de babilonia!..... "El rey reflexionó entonces, y dijo..."

Qué peligroso es conversar con el ego, el rey muy ufanado por sus logros se olvida del que le ha permitido llegar a la posición donde está, conseguir todo lo que ha obtenido, quizá nunca supo que el éxito de su invasión a Jerusalén es parte de una estrategia divina para tratar con el pueblo escogido....pero este rey está embebido en su orgullo, no se da cuenta que conversar con su ego lo animaliza, le quita la cordura y termina por un tiempo rebajado a una bestia del campo.

Dios nos libre de conversar con el ego, ese mal consejero que nos hace menospreciar la providencia divina, la misericordia del amor de Dios que nos ayuda a superar cualquier circunstancia que nos rodea...todo se lo debemos a Él.  


1 comentario:

Carolina de Rivas dijo...

Hermosa revelación... Gloria a Dios!💖 Muchas gracias por compartir lo que El Señor pone en tu corazón. Te amo❤️

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