viernes, 17 de febrero de 2023

Apuntando con Fe

Extiende la jabalina

¡Qué complicado es volver a empezar! requiere una buena dosis de humildad el poder reconocer que fallamos, que no pusimos la debida atención quizá a la dirección celestial, no estuvimos atentos a escuchar las voces de alerta con las que nuestro Dios nos cubre con su amor y cuidado.

Josué está confundido y triste a la vez. Y no es para mernos, su gran victoria sobre Jericó lo traía muy confiado, y no solo a él sino a todo el pueblo de Israel. Los exitos son así, por un momento nos hacen creer que esa sensación de satisfacción por haber obtebido un logro será una constante siempre. Muy ingenuamente caemos en los mareos de la victoria y nos olvidamos que cada logro alcanzado no es nada más que un episodio en esta historia de vida que vamos escribiendo día a día.

¡Que bendición las victorias épicas! esos logros que alcanzamos a base de la mezcla de nuestro esfuerzo más la confianza en nuestro amado creador. Esos momentos en los que la respuesta divina trae refrigerio a nuestro angustiado corazón por algún tema de la vida humana, que por muy terrenal y vanal que parezca nos minan poco a poco la fe. Gracias a Dios por esos momentos que El se une a nosotros para pelear nuestras batallas.

Pero luego de un Jericó, quizá a la vuelta de la esquina, hay un Hai que nos derrota con duda e incertidumbre, que produce bajas sensibles en nuestra confiaza puesta en el Señor Jesús.
En un instante, Josué y el ejército de Israel pierden una batalla que a todas luces parecía fácil. Luego de vencer los muron impenetrables de Jericó, la ciudad de Hai era un paseo de domingo por la tarde...pero, ¡sorpresa! la derrota los agarra desprevenidos.
¡Cuántas veces la derrota nos ha sorprendido con su inesperada visita! Josué se siente culpable por las bajas en su pueblo, tanto que lanza la famosa pregunta que todos hacemos al cielo cuando nos encontramos en las mismas ciscunstancias, ¿Porqué, Dios?

Y la respuesta divina no se hace esperar, la respuesta no está en cielo, está en medio del pueblo, está en tí. Alguien dejó entrar la avaricia y la codicia hurtando cosas que no le pertenecían. Los aplausos por los logros no son nuestros, la admiración por un éxito alcanzado no es nuestra, todo es por Su gracia.

Pero la historia, no termina en derrota; Luego de arreglar el asunto con Dios se dispone nuevamente para salir a la guerra;pero esta vez, con la estrategia correcta, con la actitud correcta.
Dios le dice en esta ocasión:'levanta tu jabalina, alza tu lanza y apunta en dirección a la ciudad de Hai, que no se canse ni se debilite tu brazo porque ahí donde apuntas tu fe, verás la victoria'...

¡Animo! sigamos apuntando con la lanza de la fe, no desmayemos que el Señor està de nuestro lado

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