martes, 25 de junio de 2013

La lluvia temprana

La lluvia temprana es sinónimo de preparación para la siembra. Sin ellas los agricultores del pueblo de Israel no podian trabajr la tierra.

Resulta ser que en Egipto la agricultura era una de las labores más comunes, y hasta en algunos niveles tenia algo de divino, puesto que muchos de los cultos a sus dioses tenian que ver con la agricultura, y…'¿cuál era la razón para que la labranza de la tierra tuviera tan alta estima para los ojos de los Egipcios?… El río Nilo.

El río Nilo era parte esencial para el desarrollo y establecimiento sólido del imperio Egipcio, puesto que su serpenteado y de largo cauce, hacía de todo el territorio un lugar más que propício para cualquier clase de cultivo, y por sobre todo, los más importantes que eran el trigo y la cebada, granos esenciales en la dieta alimenticia del medio oriente.

El asunto es que su río les aseguraba excelentes resultados para sus cultivos, no tenían que preocuparse por el retraso de la lluvia, puesto que el agua que necesitaban la proveía su amado Nilo, y en esa cuenta estaban también los hijos de Israel que vivian en Egipto, acomodados al dichoso río y confiando en sus virtudes.

Pero en la tierra prometida es otra historia, allí necesitan de la lluvia para poder cultivar la tierra, no pueden prescindir del invierno porque la tierra necesita ser regada y preparada para que pueda recibir la semilla y así producir. Es con ese escenario en la mente de las tribus de Israel que Jehová su Dios les declara que si son obedientes a sus mandamientos, el será fiel en darles la lluvia temprana, esa que es indispensable en la tierra de Canaán para poder hacer germinar los cultivos y tener sembradíos.

Así como la lluvia temprana que precede a la siembra y al trabajo de los labradores, el bien y la misericordia del Señor van delante de nosotros y nos preparan el terreno para que nosotros trabajemos la tierra. Puede ser la tierra del colegio o la universidad, la tierra del trabajo, la tierra de nuestras empresas, la tierra de la familia o de mi conyuge. Lo cierto es que sin esa bendita lluvia temprana que se manifiesta en el favor de Dios delante de nosotros, estaríamos trabajando en suelo árido, pedregoso y reseco, y nuestra semilla sería rebotada vez tras vez sin tener provecho.

La condicionante para activar el favor de Dios es lo que nos cuesta mucho como seres humanos, obedecer sus mandamientos. Este es el principio de la sabiduría, temer a Dios y guardar sus mandamientos, ponernos el yugo de la palabra, sólo hasta entonces veremos en nuestras vidas la lluvia temprana abriendo puertas que aparaentemente están cerradas y haciendo caminos donde no los hay.

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