Daniel Isaí es un milagro de Dios,
sólo el hecho de que mi esposa quedara encinta es una obra maravillosa de
nuestro Señor, pues fue algo que rompió esquemas médicos y pronósticos
desfavorables que en alguna oportunidad compartiré como testimonio porque es un
episodio veraz del poder de Dios.
Lo que quiero compartir en esta
oportunidad es un consejo bíblico, sabio, y por consiguiente, es una realidad
para todo aquel que lo quiera poner en práctica sobre su vida.
Hace ya más de quince años que me
encontré cara a cara con Dios en Visión de Fe, iglesia que pastorea Carlos berges, y su
esposa María Elena de Berges en la ciudad de San Salvador.
Empecé a escuchar palabra de Fe y
restauración que han cambiado estructuras y paradigmas de lo que es una vida
integra delante de Dios.
Mi madre espiritual y Pastora, es
una mujer de Dios que tiene una férrea pasión por cuidar las palabras que salen
de nuestra boca, algo totalmente bíblico y que sigue vigente hasta el día de
hoy, y es una enseñanza que me he empeñado en abrazar para declarar lo que la
palabra de Dios me ordena sin estar basado en lo que veo o siento, y todo esto
me ha llevado a cultivar en mi hijo una extraordinaria relación.
Cuando mi esposa quedó embarazada
comenzamos a poner en práctica la palabra que hemos aprendido de nuestros
pastores, mi esposa por su parte le cantaba al bebé que llevaba dentro, y yo comencé
una rutina que hasta el día de hoy practicamos con nuestro hijo.
Primeramente, le declaramos su
destino, pero...cómo así?
Muy sencillo, declaramos que él es
un hijo de Dios y su destino y propósito en la vida es vivir agradándole a Él,
sé que a más de alguno le parecerá una locura o una fábula muy bien tramada,
pero no es así, declaramos sobre nuestro hijo lo que Dios espera de él cuándo
se encuentre personalmente con el llamado de su Señor, de esa cuenta le declarábamos
desde antes de nacer que ya era un niño sabio, obediente, inteligente y sano.
Ya pasaron casi dos años y vemos
como esa declaración de Fe acerca de la palabra de Dios es una realidad en
nuestro hijo, es un bebé sorprendentemente sano, en estos dieciocho meses de
vida, lo único que le ha dado es alguna gripe
pero al día siguiente esta como que si nada, es muy inteligente y no es que sea
mi hijo, pero a los catorce meses jugaba con rompecabezas de animales,
distinguía a sus familiares, silabeaba palabras de dos frases y las cambiaba de
lugar, como papi pipa, mami mima por iniciativa propia sin que nadie le
enseñara, distinguía géneros, “tati” para femenino y “tato” para masculino, en
la actualidad conoce las partes de su cuerpo y algunas las reconoce en español
e inglés, en fin…Quizás alardeo como todo padre de su hijo pero he visto el
comportamiento de otros bebés que actúan diferente.
La parte de la obediencia es otra
lección que compartiré en otra oportunidad porque es muy amplia; Isaí sabe quedarse sentado cuando se le pide,
recoge sus juguetes y los guarda, responde muy bien papá, o muy bien mamá, dice
por favor y gracias y muchas otras instrucciones que nos esforzamos
constantemente con mi esposa por
ejercitar en él, y digo ejercitar porque hay momentos en casa que no es
necesario que se mantenga sentado lo hacemos que se quede solo porque sí sin
juguetes y sin nada, porque hemos aprendido que es en casa que se le enseña todas esas cosas para
que en la calle obedezca a la primera y sea algo normal para él, un día lo llevamos
al banco yo tuve que salirme a hacer una llamada y mi esposa estaba haciendo la
transacción y el quedó sentado en una silla siempre a la vista y bajo la supervisión
de nosotros y aunque él no nos tenía en frente visiblemente porque estábamos a
sus espaldas, no se movió de donde lo dejamos, le hemos enseñado a que responda
muy bien para todo y en lo posible lo
cumple, y seguimos en ese proceso de enseñanza todos los días, claro!!!.... que
cuando quiere retar la instrucción, lo instruimos asegurándonos que nos vea a
los ojos le cae con una paletita de madera que ha sido tema de confrontación
para muchos y luego de la instrucción le pedimos una sonrisa para que sea un
niño equilibrado y se le hace ver que se le corrige porque se le ama.
Uno de estos días que estaba a
solas con mi hijo y comencé a declarar lo que siempre repetimos a toda hora, yo
le digo que él es un niño obediente, inteligente y sabio, a lo cual él ahora
que ya puede hablar responde mém!!! Con eso el quiere decir amén!!!.... Pero ese día El Señor habló a mi corazón y
agregué una frase más a lo que declaramos con Isaí, se los comparto porque me
confrontó y me está sirviendo a mí
también.
La primera tiene que ver con mi
hijo:
“Tú eres el niño más sano, más
obediente y más inteligente”, y le agrego más cosas conforme lo que hemos
pasado durante el día, si no ha sabido esperar para ser atendido o por algo que
quería, le declaro que es un niño tolerante y con dominio propio, y así según
lo que su alma vaya aflorando a su temprana edad.
La segunda parte tiene que ver
conmigo:
“Yo declaro que tienes un papá,
obediente, sabio, inteligente y sano”, y él contesta mém!!!... eso lo he puesto
en práctica desde hace un tiempo para acá, y sé que como en su vida, también en
la mía debe dar esos frutos de Fe y bendición.
Mi madre espiritual y pastora me
encendió la llama de escribir acerca de nuestra instrucción y dirección con
respecto a nuestro hijo, no somos perfectos porque nosotros también somos instruidos
y direccionados por Dios por medio de nuestros pastores y padres
espirituales, los cuales honro y bendigo, porque han sido ellos quienes nos han
instruido y nos aclaran algunas cosas que como padres primerizos a veces desconocemos,
la primera vez que Isaí se tuvo que quedar sentado estábamos con ellos y no
obedeció una instrucción por lo que rompimos records y tuvo que estarse sentado
al principio llorando y haciendo lo posible por quebrantar la instrucción pero los
tenía a los cuatro enfrente unidos en una misma visión, luego solo gemía pero
ni así quería hacer lo que se le había pedido, estuvo sentado aproximadamente
una hora hasta que obedeció; a partir de allí Isaí comenzó a ser el niño
paciente que hoy es.
Cuando la obediencia y la sujeción comienza
en los padres, dejando a un lado por un momento los sentimientos y enfocándonos
en la instrucción como punto de partida, estamos marcando un camino de rectitud
y determinación en nuestros hijos, porque cuando nuestro hijo es determinado es
cuando hay más trabajo, porque hay que canalizarle su carácter hacia lo bueno y según la
Palabra de Dios, sus acciones, porque de eso dependerá lo que él haga y sea en
la vida. Para qué está preparando a su hijo para vivir en el mundo como el
mundo vive o para vivir en el mundo conforme a los estatutos y la palabra de
Dios? Porque si usted logra que ese niño no quebrante sus leyes, cuando sea
viejo difícilmente se apartará e incumplirá las leyes que Dios nos ha dejado en
Su palabra…..
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