sábado, 29 de septiembre de 2012

Y repetirás estas palabras....

Daniel Isaí es un milagro de Dios, sólo el hecho de que mi esposa quedara encinta es una obra maravillosa de nuestro Señor, pues fue algo que rompió esquemas médicos y pronósticos desfavorables que en alguna oportunidad compartiré como testimonio porque es un episodio veraz del poder de Dios.

Lo que quiero compartir en esta oportunidad es un consejo bíblico, sabio, y por consiguiente, es una realidad para todo aquel que lo quiera poner en práctica sobre su vida.

Hace ya más de quince años que me encontré cara a cara con Dios en Visión de Fe, iglesia que pastorea Carlos berges, y su esposa María Elena de Berges en la ciudad de San Salvador.

Empecé a escuchar palabra de Fe y restauración que han cambiado estructuras y paradigmas de lo que es una vida integra delante de Dios.

Mi madre espiritual y Pastora, es una mujer de Dios que tiene una férrea pasión por cuidar las palabras que salen de nuestra boca, algo totalmente bíblico y que sigue vigente hasta el día de hoy, y es una enseñanza que me he empeñado en abrazar para declarar lo que la palabra de Dios me ordena sin estar basado en lo que veo o siento, y todo esto me ha llevado a cultivar en mi hijo una extraordinaria relación.

Cuando mi esposa quedó embarazada comenzamos a poner en práctica la palabra que hemos aprendido de nuestros pastores, mi esposa por su parte le cantaba al bebé que llevaba dentro, y yo comencé una rutina que hasta el día de hoy practicamos con nuestro hijo.

Primeramente, le declaramos su destino, pero...cómo así?
Muy sencillo, declaramos que él es un hijo de Dios y su destino y propósito en la vida es vivir agradándole a Él, sé que a más de alguno le parecerá una locura o una fábula muy bien tramada, pero no es así, declaramos sobre nuestro hijo lo que Dios espera de él cuándo se encuentre personalmente con el llamado de su Señor, de esa cuenta le declarábamos desde antes de nacer que ya era un niño sabio, obediente, inteligente y sano.

Ya pasaron casi dos años y vemos como esa declaración de Fe acerca de la palabra de Dios es una realidad en nuestro hijo, es un bebé sorprendentemente sano, en estos dieciocho meses de vida, lo único que le ha dado  es alguna gripe pero al día siguiente esta como que si nada, es muy inteligente y no es que sea mi hijo, pero a los catorce meses jugaba con rompecabezas de animales, distinguía a sus familiares, silabeaba palabras de dos frases y las cambiaba de lugar, como papi pipa, mami mima por iniciativa propia sin que nadie le enseñara, distinguía géneros, “tati” para femenino y “tato” para masculino, en la actualidad conoce las partes de su cuerpo y algunas las reconoce en español e inglés, en fin…Quizás alardeo como todo padre de su hijo pero he visto el comportamiento de otros bebés que actúan diferente.

La parte de la obediencia es otra lección que compartiré en otra oportunidad porque es muy amplia;  Isaí sabe quedarse sentado cuando se le pide, recoge sus juguetes y los guarda, responde muy bien papá, o muy bien mamá, dice por favor y gracias y muchas otras instrucciones que nos esforzamos constantemente  con mi esposa por ejercitar en él, y digo ejercitar porque hay momentos en casa que no es necesario que se mantenga sentado lo hacemos que se quede solo porque sí sin juguetes y sin nada, porque hemos aprendido que es en  casa que se le enseña todas esas cosas para que en la calle obedezca a la primera y sea algo normal para él, un día lo llevamos al banco yo tuve que salirme a hacer una llamada y mi esposa estaba haciendo la transacción y el quedó sentado en una silla siempre a la vista y bajo la supervisión de nosotros y aunque él no nos tenía en frente visiblemente porque estábamos a sus espaldas, no se movió de donde lo dejamos, le hemos enseñado a que responda muy bien para todo y  en lo posible lo cumple, y seguimos en ese proceso de enseñanza todos los días, claro!!!.... que cuando quiere retar la instrucción, lo instruimos asegurándonos que nos vea a los ojos le cae con una paletita de madera que ha sido tema de confrontación para muchos y luego de la instrucción le pedimos una sonrisa para que sea un niño equilibrado y se le hace ver que se le corrige porque se le ama.

Uno de estos días que estaba a solas con mi hijo y comencé a declarar lo que siempre repetimos a toda hora, yo le digo que él es un niño obediente, inteligente y sabio, a lo cual él ahora que ya puede hablar responde mém!!! Con eso el quiere decir amén!!!....  Pero ese día El Señor habló a mi corazón y agregué una frase más a lo que declaramos con Isaí, se los comparto porque me confrontó  y me está sirviendo a mí también.

La primera tiene que ver con mi hijo:
“Tú eres el niño más sano, más obediente y más inteligente”, y le agrego más cosas conforme lo que hemos pasado durante el día, si no ha sabido esperar para ser atendido o por algo que quería, le declaro que es un niño tolerante y con dominio propio, y así según lo que su alma vaya aflorando a su temprana edad.

La segunda parte tiene que ver conmigo:
“Yo declaro que tienes un papá, obediente, sabio, inteligente y sano”, y él contesta mém!!!... eso lo he puesto en práctica desde hace un tiempo para acá, y sé que como en su vida, también en la mía debe dar esos frutos de Fe y bendición.

Mi madre espiritual y pastora me encendió la llama de escribir acerca de nuestra instrucción y dirección con respecto a nuestro hijo, no somos perfectos porque nosotros también somos instruidos y direccionados por Dios  por medio de nuestros pastores y padres espirituales, los cuales honro y bendigo, porque han sido ellos quienes nos han instruido y nos aclaran algunas cosas que como padres primerizos a veces desconocemos, la primera vez que Isaí se tuvo que quedar sentado estábamos con ellos y no obedeció una instrucción por lo que rompimos records y tuvo que estarse sentado al principio llorando y haciendo lo posible por quebrantar la instrucción pero los tenía a los cuatro enfrente unidos en una misma visión, luego solo gemía pero ni así quería hacer lo que se le había pedido, estuvo sentado aproximadamente una hora hasta que obedeció; a partir de allí Isaí comenzó a ser el niño paciente que hoy es.

Cuando la obediencia y la sujeción comienza en los padres, dejando a un lado por un momento los sentimientos y enfocándonos en la instrucción como punto de partida, estamos marcando un camino de rectitud y determinación en nuestros hijos, porque cuando nuestro hijo es determinado es cuando hay más trabajo, porque hay que canalizarle su carácter hacia lo bueno y según la Palabra de Dios, sus acciones, porque de eso dependerá lo que él haga y sea en la vida. Para qué está preparando a su hijo para vivir en el mundo como el mundo vive o para vivir en el mundo conforme a los estatutos y la palabra de Dios? Porque si usted logra que ese niño no quebrante sus leyes, cuando sea viejo difícilmente se apartará e incumplirá las leyes que Dios nos ha dejado en Su palabra…..

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