martes, 7 de marzo de 2023

Sociedad divina. Barqueros

El día a día está lleno de relaciones interpersonales. Desde la relación con nuestro cónyuge e hijos, hasta la convivencia con nuestros compañeros de trabajo, todo tiene que ver con el entendimiento entre nosotros y los que nos rodean. Interesante que los que nos rodean esperan que sigamos las reglas del juego, que mostremos la ética laboral y profesional que requiere nuestro lugar de trabajo. Las esposas en el hogar esperan respeto de sus esposos y los hijos de igual manera esperan de sus padres comprensión y amor.

Para lograr estos entendimientos debemos de precisamente saber que hay reglas, que hay privilegios y responsabilidades en en todas y cada de nuestras relaciones interpersonales; el asunto es que a muchos se nos olvida que toda relación está basada en un pacto, un acuerdo; Y estos términos o acuerdos son lo  que van a llevar al éxito o al fracaso esas pequeñas sociedades entre amigos, esposos, hijos, empleados, jefes, empresas.

Meditando en este respecto, encuentro que en una empresa es muy importante la negociación. La estrategia de saber cuando se debe ceder para poder ganar. Tenemos muchos conceptos y planteamientos sobre cómo hacer un buen negocio, una buena sociedad entre dos empresas. Pero muchas veces se nos olvida llevar estos conceptos de lo macro a lo micro: a nuestra casa, a nuestro matrimonio, a nuestros hijos, pero por sobre todo se nos olvida que nuestro creador anhela asociarse con nosotros, desea que nosotros construyamos una relación personal e individual con EL y poder por medio de esta sociedad divida, experimentar el Reino de los Cielos aquí en la tierra.

Jesús llegó un día a una aldea de las costas de galilea llevando las buenas nuevas a todas las personas y estableciendo el Reino de los cielos en la tierra. Betsaida es conocida por su actividad pesquera, algunos de los mejores en este rubro están en la localidad. Los pescadores mas experimentados están en sus tareas de mantenimiento de sus embarcaciones, ellos quieren mantener las relaciones de negocio y comercio con sus clientes, quieren expandir su sociedad, sus relaciones interpersonales.

Así recorría el día como cualquier otro en la vida de los pescadores de Betsaida, hasta que llega el Maestro seguido por un grupo de personas hambrientas por escuchar esa palabra de aliento, esa enseñanza de este maestro que sustenta su alma trae consuelo y alivio. Jesús viene en camino y trae buenas nuevas, pero necesita una embarcación donde subirse y seguir entregando la palabra sin que nadie se quede sin escuchar. EL maestro necesita que algunos de estos pescadores se asocien con EL para traer el Reino de los Cielos a los necesitados. No busca una embarcación grande u ostentosa, solamente un barco en el cual subirse y servirse de el.

¿Cuántas veces el maestro ha necesitado de nuestras barcas? nuestro corazón, nuestras vidas mismas en algún momento se convierten en esas barcas que nuestro Señor Jesús anhela usar para impactar a otros. EL espera que nosotros aceptemos esa sociedad divina y que pongamos a su disposición nuestras barcas, nuestros conocimientos, nuestros dones y talentos para poder hacer cosas grandes para Su Reino...¡empecemos entonces a movernos en esa sociedad divina!   

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