jueves, 3 de abril de 2014

El afán diario. Zaqueo

Mi esposa escribió acerca del afán, una pre-ocupación por el futuro, y es que no es para menos esa actitud puesto que al hombre como ser humano se desequilibra al no tener el control de las cosas, principalmente del futuro.

La mayoría de personas quieren sentirse bien ante ellas mismas y ser bien vistas por la sociedad a través de su poder adquisitivo, sus bienes materiales, algunos ponen en peligro sus vidas, matrimonios, hijos y familia con tal de mantener cierta alcurnia dentro de su entorno socio-económico.
Soy padre de dos preciosos hijos que son parte de la bendición de Dios para mi vida y la de mi esposa, y hemos decidido que no dejaremos la responsabilidad de educarlos, instruirlos y formarlos, en manos de otras personas o de una institución educativa, eso es trabajo de mamá y papá, es el plan diseñado por Dios para nuestras vidas...

Tristemente puedo ver todas las mañanas un buen grupo de madres, en su mayoría solteras, que corren a dejar a sus pequeños de meses de edad para ser cuidados en el daycare que está a unas cuadras de nuestra casa. Madres que a la carrera pasan comprando una galleta y un jugo de esos de cajita para darle a sus hijitos alguna merienda y que puedan aguantar junto con ellas las jornadas de 8 y hasta diez horas lejos de su casa, de su hogar...de mamá.

Madres que madrugan con sus criaturas saliendo de su casa antes que salga la luz del día para dejarlos en sus lugares de cuido y que llegan ya entrada la noche a recoger a sus criaturas que no tienen más que aguantar esas largas jornadas, pues ellos no pueden hacer nada.
Otras optan por llevarlos a ciudades, pueblos o paises para recomendarlos con la abuela o algún otro pariente, mientras ellos siguen con su afán de...no se qué...

Un buen puesto no significa necesariamente una jugoso salario, pero si conlleva más responsabilidad, más compromiso, menos tiempo con los hijos...

En esas se encontraba Zaqueo... afanado por deslumbrar a la sociedad, no le importaba deshonrar su
nombre y desprestigiar a la familia, su afán por ser reconocido y admirado le habían empujado a probar todo tipo de trabajo... hasta que encontró uno con el que podría llegar a ser "alguien" en la vida.

Trabajaba para el gobierno, y como cosa rara de la noche a la mañana su usura le hace amasar una pequeña fortuna haciéndole una personaje muy reconocido pero muy odiado por sus compatriotas, y no era para menos, su afán diario le había llevado a deshonrar a su familia, a su sociedad... a Dios.

Con ese mismo afán le encuentra Jesús, corriendo de un lado para el otro con tal de ver a ese rabí que está de visita en la ciudad, y empieza con su costumbre tratando de "rebuscarse" incluso para llamar la atención de Zaqueo.... mi querido Zaqueo: no hay necesidad de afanarse para impresionar a Jesús con obras materiales, mucho menos con remordimiento, no necesitas subirte a ningún árbol de aceptación, costumbrismo y religiosidad....
Luchemos contra el afán de Zaqueo....

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