martes, 6 de diciembre de 2016

Abogado y propiciación

1 Juan 2:1
...Abogado tenemos para con el Padre,  Jesucristo el justo.!!

La mayoría de los seres humanos tenemos una lucha afanosa contra la injusticia, del color que esta sea y no importando de dónde provenga, la injusticia jamás será tolerada el en corazón humano. Muchos han matado y sido asesinados por causa de la injusticia y la búsqueda de su eterno y preciado antónimo…la justicia.

Resultado de imagen para abogadoTodos en algún momento de nuestras vidas hemos sido embestidos por la injusticia y su asfixiante método de desvalorizar y callar…un juego que deja una marca indeleble en el alma, la cual es cruel para almacenar con lujo de detalles estos episodios de nuestras vidas, desde un aparente abandono, el rechazo de algún circulo social de nuestro entorno, principalmente de la familia, orfandad, muerte…todos tienen una etiqueta en el corazón, una categoría difícil de pasar por alto…injusticia. 

Pero….¿cómo encontrar justicia en un mundo injusto? el sistema del muno está diseñado para ser cruel e injusto con el hombre, es ahí donde muchas veces nos equivocamos y en nuestra sed implacable de venganza ante la injusticia nos terminamos de intoxicar en un torrente de amargura, rencor y odio.
La tan anhelada justicia proviene de Dios, Él es el único que puede saciar nuestra de justicia, siendo el medio por el cual encontramos justicia… Jesucristo el justo!!!!
Jesús mismo lo expresó en el sermón del monte (mateo 5) “bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”, el asunto es que la justicia que se aplica a nuestras vidas es por medio de los méritos de Jesús, voluntad ante la cual la venganza, el odio y el resentimiento quedan excluidos totalmente…eso no les gusta a la mayoría de personas, ¿a quién no le gustaría ver a los que nos han comentado injusticias pagando una feroz e implacable venganza?…más con Dios eso no trabaja así...
La justicia de Dios es para trabajar y obrar en pro de nuestro bienestar, no es justo que cargamos el bulto de la venganza en nuestras espaldas por las injusticias vividas en la niñez o juventud, es ahí donde el amor y la misericordia de Jesús sale a nuestro encuentro y nos dice “deposita esa pesada carga en mis manos”. En ese momento ya no tenemos por qué defendernos, tenemos Abogado delante del Padre, y no un abogado corrupto…al único Justo que puede interceder por nuestro caso…Jesucristo. A partir de este punto es donde “todo empieza a obrar para bien”, donde los recuerdos más dolorosos se vuelven armas poderosas y fuente de sanidad para otros que están pasando los procesos que nosotros ya sorteamos y vencimos...

¿Cómo puede Jesús entender mis injusticias?….porque él mismo se hizo proposición por nuestros pecados…es decir, entiende nuestra incansable sed de justicia  porque en su paso por la tierra él mismo también la experimentó en carne propia…por eso nos entiende al pecar cuando queremos venganza a la manera del mundo, comprende nuestra frustración ante la adversidad, el rechazo, la orfandad, el abuso, etc. 

Jesús no sólo ha prometido ser nuestro abogado para interceder por nosotros…ya demostró que tenemos la victoria en cualquier situación porque él ya la venció por nosotros…solo basta creer y dejar la sed de venganza a un lado, así como el odio y el resentimiento... 

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