jueves, 21 de enero de 2016

Humillaos..

La vida que Dios quiere que vivamos es una vida equilibrada para que pueda ser plena y en abundancia, al decir abundancia no me refiero a las cosas materiales sino a tener un alma prosperada..

Ser humilde no significa ser perfecto, es encontrar un punto de retorno...
Cuando se empieza a recorrer la carretera de la soberbia y la altivez vamos cuesta abajo y sin frenos, llevándonos por delante a todo lo que se nos atraviesa, incluyendo personas. Es en este punto donde la humildad nos permite frenar y retomar la dirección correcta...sin la humildad no podríamos rectificar y reconocer nuestras fallas, Dios no espera que seamos infalibles pero sí que tengamos humildad para reconocer nuestras faltas y arrepentirnos delante de Él.

Pedro escribe en una de sus Cartas "Humillaos bajo la poderosa mano de Dios"(1 Pedro 5) y la palabra que utiliza en griego es TAPEINOS que significa entre otras cosas "no crecer tan alto del suelo"...para nuestros tiempos modernos la frase actual sería mantener los pies en la tierra.
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Esta referencia es por los árboles que no importa cuán alto lleguen a crecer no despegarán sus raíces de la tierra, esto nos enseña primeramente que somos polvo, nuestra naturaleza de barro seguirá en nosotros hasta el último segundo que estemos con vida, somos imperfectos y los que reconocen esto siempre se esfuerzan por permanecer en este estado de humildad delante de Dios y permite ser indulgente ante las faltas de nuestro prójimo.

Otro aspecto importante es que no importa la distancia que haya del suelo hacia arriba, sino del suelo hacia abajo...las raíces son las que permiten estar de pie y no ser arrancados ni movidos por los vientos de la soberbia y la altivez.
La raíz es la que nutre, la que alimenta y da seguridad, Jesús se lo enseñó a sus discípulos cuando les dijo que era la vid y ellos las ramas, la humildad requiere conocer a Dios saber que por sobre todas las cosas Su amor y misericordia son eternos.

Humildad no significa que no vamos a crecer, que no vamos a prosperar, lo haremos pero a la manera de Dios...Pedro termina la frase de ese verso diciendo "...y Él los exaltará...", en otras palabras, es Él el que nos hará crecer y prosperar, no son los estudios, la inteligencia o el dinero...es permanecer en actitud humilde delante de Dios, sin creerse más ni tampoco menos, en el equilibrio para poder estar en Su voluntad


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