sábado, 28 de noviembre de 2015

¿Ajos y puerros...ó maná y agua?


Dios es bueno y fiel, todos lo sabemos, pero en los momentos de desierto hay espacios donde la fe se nubla, la vista se reduce a una quince por ciento, las amistades toman distancias, la familia parecen ser parias desconocidos...nos quedamos solos.

Los recuerdos son una parte importante de la vida del ser humano, nos pueden dar alegría en ciertos momentos pero también pueden llevarnos a estados depresivos en un abrir y cerrar de ojos...

Los Israelitas se disponen a realizar el peregrinaje hacia la libertad, a la tierra que fluye leche y miel.
No han pasados muchos días la caminata cuando las raciones de pan sin levadura que llevaban de Egipto comienzan a escasear, más de alguno está dudando de Moisés por la ridícula instrucción de llevar solamente la ración mínima de panes para una jornada de tal magnitud...

La queja y la murmuración empiezan a penetrar sus corazones y mentes y no es para menos, sus hijos están sufriendo hambre...y ¿qué padre o madre no entra en desesperación ante tal situación? 

Es en esos momentos donde podemos recordar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, Él es fiel y no cambia, así como nos ha ayudado hasta este momento, lo seguirá haciendo porque es un Padre responsable que cuida el bienestar de SUS hijos...

Los Israelitas decidieron recordarse de la comida de esclavitud, la ración servil de ajos y puerros que comían en Egipto, prefirieron en su corazón volver a ser subyugados con tal de satisfacer sus estómagos...la verguenza afloja cuando el hambre aprieta...dicen en mi país, entorpece y nos hace ser ingratos, mal agradecidos con Dios...

Era más fácil hacer memoria de las veces que Dios les había dado agua, maná y carne...pero decidieron dejar las bondades del creador y cegar la mente con la miseria que les podía proveer Egipto... ingratitud.

Decidamos hacer memoria de las veces que Dios no ha rescatado por medio de Su intervención divina, las veces que sin entender hemos pasado de tener la mesa vacía a llenar la alacena y la refri, las incontables veces que nos ha sanado de enfermedades y las innumerables situaciones de peligro de las cuales hemos sido librados... y muchas de ellas sin que nosotros nos demos cuenta..

La próxima ves decidamos recordar la bondad de Dios y Su fidelidad...Él es fiel y no cambia!!!



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