viernes, 21 de noviembre de 2014

Linderos antiguos!!!

No traspases los linderos antiguos establecidos por vuestros padres...

Hasta hace un par de semanas este proverbio de Salomón cobró un nuevo sentido en mi vida. El relato en su acepción más apegada a lo literal nos invoca a respetar el mandamiento de “No Robarás“...

Pero en la vida cotidiana tiene mucho que ver con los valores morales y espirituales que hemos recibido como un legado en nuestra vida cristiana...

Cuán importante es en la vida de cada uno de nosotros el cuidado de Dios...tanto así que nos hace rodear de personas que se encargan de llevar ese mensaje divino, no sólo con la retórica, sino más bien con el ejemplo de vivir el día a día tratando de mantenerse agradando a Dios por sobre todas las cosas...

Es imposible en este punto de mi diálogo no compartir las vivencias de treinta y cuatro años al lado de mi referente en cuanto a las buenas nuevas del evangelio: Mi abuelita Bertha...

Desde mi temprana edad fui enseñado a entender los linderos espirituales que deben existir en la vida de los que anhelamos vivir para agradar a Jesús... La oración jamás fue sermoneada por boca de esta bendita anciana, más bien...fue mostrada con una perseverancia tál, que muy pocas veces la vi faltar a esa cita divina de todas las mañanas...

La lectura de la palabra fue otra de las normas de vida en casa de la abuelita Bertha...
Recuerdo muy bien que aprendí a leer y a escribir por medio de la Biblia... Las cartas a Timoteo eran las lecturas que arrullaban mis oídos antes de dormir cuando apenas era un niño... Los proverbios me acompañaron cada tiempo de desayuno, su lectura era fundamental para poder disfrutar de un vaso de leche en la mesa de la abuelita Bertha...

La Fe para creer en milagros de sanidad y provisión era la única alternativa que había en esa casa...
pude observar sanidades divinas en diferentes personas... Yo fui muchas veces testigo experimental de la sanidad de Dios en mi cuerpo, legado que trato de mantener siempre en mi hogar con mi esposa y mis hijos... La enfermedad no tiene permiso de quedarse a vivir en nuestra casa...

La alabanza y exaltación a Dios son partes que quedaron marcadas con fuego en mi corazón...
No recuerdo un día en el que no hubiera un canto o alabanza en boca de mi abuelita Bertha... Simplemente no tengo registro en mi memoria que eso haya sucedido... Siempre había alabanzas al Señor en esa casa... Y no cualquier canción “cristiana“, estoy hablando de cantos que glorificaban a Dios. No puedo negar que la voz de la abuelita Bertha era una delicia para el oído del que la escuchara, su voz lírica soprano fue una exquisitez, jamás la escuche desafinar una nota, siempre cantando a todo pulmón sobre su amado Jesús...“mi novio“, decía ella...

La abuelita Bertha dejó tantos altares, monumentos y linderos antiguos que son referente en muchas áreas de mi vida cristiana, fue un privilegio para mi poder crecer conociendo al Dios que me presentó esta maravillosa mujer, que en su imperfección humana supo mantener su depósito consagrado y apartado para el Rey de reyes y Señor de señores... tantos consejos, historias y enseñanzas bombardean mi mente recordando con alegría y gratitud su memoria...

Muchos creyeron que había cierta preferencia hacía mi con respecto a la abuelita Bertha... Lo cierto es que ella siempre hizo preferencia por los que trataban de agradar a Dios y de hacer la voluntad de EL...

Más adelante publicaré relatos cotidianos que han quedado en mis recuerdos y que han enriquecido mi vida trayendo bendición... por ahora no puedo más que honrar y bendecir a Dios por cruzar nuestras vidas y haber sido influenciado a escoger “La mejor parte“... Lujo de maestra que me tocó para aprender las bases de la vida en Cristo: La abuelita Bertha Díaz... amén y amén!!!!

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