lunes, 11 de agosto de 2014

Anécdota de la calle

El día de ayer fuimos testigos junto con mi esposa de una conversación poco usual para nosotros entre una muchacha "de la calle" y la vendedora de una tiendita que está frente a nuestra iglesia, digo "poco usual" para nosotros porque sé que es la realidad de las calles de San Salvador y cualquier urbe. A continuación les comparto parte del diálogo...

- quiero una taza de café 
- acercáme el vaso (un vaso de plástico con costra de tierra)
- vaya
-y... ¿qué te habías hecho?
-aquí he estado, siempre en las calles
-ahhh...yo pensé que ya habías tenido tu niño
-no! me falta todavía
-como la vez pasada me dijiste que andabas con dolores
-si pero no salió, le falta...
-y cuando lo tengás... ¿vas a seguir en la calle?
-pues para la dieta me voy a ir para mi casa, allá voy a pasar con mis papás
-y después...
-me regreso a la calle con mi niño!
-y...¿porqué no te quedás en tu casa?
- no porque no me gusta estar en mi casa, aquí en la calle son libre
- y tus papás... ¿te van a ayudar entonces?
- sí, eso es lo que he hecho cuando he tenido a mis niños (cuatro).. acto seguido toma su vaso con café y se aleja donde le esperan sus compañeros de aventura...

Una de tantas historias de la calle, una jovencita de apenas veintiún años de edad con ya casi cuatro hijos que están marcados para repetir la historia de su progenitora...

Más preguntas que respuestas... lo importante aquí es cuidar el matrimonio, los hijos, la familia... y por supuesto ver de qué manera se puede ayudar a cuántos podamos.

La educación de los hijos no le corresponde al estado, ni siquiera a la iglesia...eso es exclusivo de los padres!!!

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