martes, 8 de octubre de 2013

Cuando somos "Jairo"

Todo en la vida de Jairo era color de rosa... como principal de la sinagoga tenia ciertos privilegios, aparte del respeto de la gente del pueblo. Casa, esposa, hija, siervos a su mando...en fin, una vida que cualquiera de su provincia pudiera desear. Familia, buen nombre entre el pueblo y religiosamente su voz tenia peso en la sinagoga de la ciudad, era muy conocido en todas las esferas.

Todo iba de maravilla en la vida de este personaje....hasta que su hija se enferma...día de aflicción y angustia, la servidumbre corre de acá para allá tratando de ayudar con la congoja de la madre, Jairo probablemente moviendo sus influencias para encontrar el mejor medicamento para su tesoro.... todo en vano.

El tiempo transcurre y la situación de la niña va de mal en peor, y ni todo su prestigio ni sus amistades de la alta sociedad pueden aliviar su situación.... alguno de sus criados llega con la noticia que Jesús anda por la ciudad, probablemente fue el invitado en la reunión de su sinagoga mientras él estaba en casa cuidando a su hija...el asunto es que es la única posibilidad que su hija sea restablecida en su salud.

Luego de esperar que Jesús termine su enseñanza y de que la multitud se agolpara para sanar sus dolencias, Jairo tiene su oportunidad y hace su petición al maestro... no hay tiempo que perder, su hija se debate entre la vida y la muerte... y para colmo Jesús perdiendo el tiempo sanando a una mujer inmunda, como remate Jesús le pide que le cuente su testimonio de treinta y tantos años....qué espera más tortuosa....

Al final de la interlocución de la mujer llegan a Jairo  con la devastadora noticia...la niña ha muerto.... no hay nada más que hacer....

Cuántas veces nos toca revivir el papel de Jairo en nuestras vidas....necesitamos un milagro del cielo y Dios ocupado respondiendo peticiones de los demás.... al fin vemos una pequeña luz de esperanza.... y se nos atraviesa otro más intrépido abriéndose camino entre la multitud y desprendiendo virtud del Señor...esa espera es eterna... los segundos parecen lapsos de tiempo interminables donde la ansiedad empieza a desquebrajar la fe...

Muchas veces sucede que somos Jairo, pensando que Dios se tarda en respondernos, que pierde el tiempo consintiendo a alguno de sus "preferidos"... nos encontramos con la noticia que no hay remedio, las finanzas están muertas, la salud muy quebrantada, la esperanza totalmente perdida...el amor roto en mil pedazos.

No nos gusta ser Jairo, pero es necesario que pasemos por momentos de crisis en donde la fe es llevada al límite, ese es el preámbulo de que algo grande se avecina, un milagro épico está a punto de suceder... Jesús mismo confirmó que todo es posible para el que cree...difícil creer bajo ese tipo de presión, pero la fe es fe hasta que es lo último que nos queda... no hay salida...

No molestes al maestro... le llegan a sugerir...y antes que Jairo pronuncie palabra.... Jesús le dice: vamos, necesitamos ir por tu milagro.... cuál?... el de tu hija... el de tus finanzas... el de tu salud.... el de tu matrimonio... No está muerto, solo duerme mientras llega Jesús a restablecer de una vez y para siempre su salud..... 

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