viernes, 26 de abril de 2013

Era una simple misión...

La orden fue clara... La instrucción era precisa... Su misión era entrar en la tierra prometida y traer un reporte que confirmara lo que Dios les había prometido en boca de Moisés..."lugar que fluye leche y miel".

Y así fue... Tal y como Dios lo había prometido, era una tierra fructífera, próspera y abundante.
Los doce príncipes espías vieron con sus ojos la leche y la miel, sus manos palparon los frutos de gran tamaño que producía esta tierra, su tierra prometida. Sintieron el dulce olor de la miel silvestre que llenaba aquellas verdes praderas, parcelas vírgenes esperando ser labradas para producir grandes cosechas... Pero también vieron a los Anaceos, hombres corpulentos y de gran estatura... Y se olvidaron de la promesa divina.

Dios te ha prometido un mejor puesto laboral, una mejor vivienda, el hijo que tanto anhelas, la provisión que tanto necesitas... Pero habrá Gigantes, surgirán peros en el camino, asaltarán dudas antes de alcanzar el milagro. Todo eso no debería importar si tenemos en mente la promesa de Dios en nuestra vida.

La misión es simple... Esperar que lo que Dios ha dicho sobre nuestra vida, se cumpla. Habrán abortivos que pondrán a prueba nuestra fe, pero debemos confiar, El no nos trajo hasta aquí para volver atrás!!

Hijos...derechos y privilegios

Definitivamente nunca se está preparado al cien por ciento para ser padres.

Muchos le temen a la paternidad porque sienten que no están preparados ni moral ni espiritualmente para criar hijos, pero... quién lo está? aunque ya haya pasado por la maravillosa y bendita experiencia de ser padre por primera vez, sigue la incógnita con los siguientes por venir, el caso es que haber pasado por la etapa de ser padres primerizos no nos da una maestría en criar hijos, nos da parámetros sobre algunas cosas dentro de la relación padre-hijo, pero es imposible hacer un "copiar y pegar" de lo que hemos hecho con nuestro primer hijo, pretendiendo que funcionará a cabalidad, por una sencilla razón: son dos seres humanos únicos y totalmente diferentes!!

En una de las reuniones para hombres de mi iglesia Visión de Fe, el pastor Carlos Berges hablaba un poco acerca de los privilegios dentro del matrimonio que nosotros como hombres implantamos y exigimos como derechos. Dentro de la platica se tocó el tema de los hijos... y mi mente comenzó a disertar este tema.

¿Derecho a la vida, o privilegio de vivir?
El derecho a la vida es exclusividad del Padre eterno. Es Dios mismo el que posee el derecho de soplar vida sobre los recién venidos a este mundo, nuestros tiernos y lindos bodoquitos tienen el privilegio de que Dios haya hecho uso de Su derecho de dar vida y asociarse con un hombre y una mujer para traerlos al mundo.

La frase más destructiva y diabólica que puede decirle un hijos a sus padres es "yo no les pedí nacer", y vaya que en este tiempo hay muchos jóvenes, y "cristianos", que osan faltar el respeto de sus padres con tales palabras... y la culpa principal es de  mamá y papá!!

Los padres modernos crían a sus hijos en un sistema de "derechos" y exigencias, a tal grado que hay niños que llaman a la policía porque papá o mamá no cumplen sus caprichos... no mis amados padres, no debemos seguir criando una generación de malagradecidos prepotentes, niños y jovencitos incapaces de pedir las cosas "por favor", mucho menos de dar las "gracias".

Mi hijo de dos años está acostumbrado a decir "por favor y gracias", a su temprana edad le estamos grabando en su corazón que TODO proviene de la mano de Dios, es por su misericordia que nos da los alimentos, por eso debe pedir por favor y decir gracias. Nuestros propios familiares nos han catalogado de locos, trauma-niños, pero son los que se quedan admirados que un bebé de dos años pida permiso para entrar a una casa de visita o cuando lo escuchan pedir las cosas por favor y dar las gracias.

Por favor no crea que soy un padre perfecto, estoy lejos de eso, lo que hacemos junto con mi esposa es seguir la guía bíblica, el modelo de la palabra de Dios, y los consejos de nuestros padres espirituales y pastores.
Mi hijo tampoco es perfecto, es un niño con la curiosidad y las energías de cualquiera de su edad, pero reconoce autoridad, principalmente la de Dios y la de sus padres.

No me cansaré de proclamar que una "te amo" es tan importante para nuestros hijos, como lo son los límites, corrección, instrucción y privilegios ganados de acuerdo a su obediencia a las mismas.

No me malentienda, todos tenemos derecho a vivir, pero con una conciencia de "privilegios" no de exigir "derechos"




Iglesia...Lo que se ha olvidado. Parte III

"llamar al pecado... Pecado"

Cuando se cauteriza la conciencia del ser humano, se pierde la sensibilidad, el respeto y el amor.
Una de las frases más utilizadas de mi pastor es "no bajar el estándar". Si soy buena gente conmigo mismo siempre buscaré suavizar mi conciencia echando la culpa sobre otros y minimizando la responsabilidad que me corresponde.

Nuestra naturaleza humana nos hace expertos en buscar culpables. Siempre hay alguien que tiene la culpa menos yo. Ese pensamiento hace que nuestra conciencia nos mienta.
La palabra de Dios declara que todo lo que no proviene de fe es pecado. No utiliza los términos humanistas enfermedad, adicción, debilidad, complejo, válvula de escape. Al contrario a lo que piensan los humanistas, la borrachera es pecado, la ira es pecado, el odio es pecado, cualquier adicción es PECADO.

El temor a llamar las cosas como son ha hecho del cristianismo moderno una masa amorfa y heterogénea, mezclada con cualquier ocurrencia para tener acceso a "pecar".
No sé si es la palabra la que golpea a los "cristianos" de hoy, o la remuneración que ésta acción conlleva. La biblia proclama que la paga del pecado es la muerte. Lo cierto es que es más fácil hablar del perdón de Dios, que perseverar en su voluntad. Es más cómodo hablar de la gracia que de la responsabilidad de mantener nuestras vestiduras si manchas ni arrugas, no hablo de perfección o santurronería, hablo del hecho de cuidarnos para el encuentro con nuestro amado Señor.

Un vecino de la colonia donde crecí tiene problemas con los estupefacientes, desde que tengo memoria lucha con ese pecado, ya a estas alturas debe ser un hombre de cincuenta años y no reconoce que lucha con un pecado de iniquidad. Su propia conciencia le juega la vuelta diciéndole que no es para tanto, el está enfermito y que cuando quiera puede curarse. Ya con ese pensamiento lleva su buen par de años.
Eso mismo pasa cuando nosotros minimizamos nuestros malos actos, Dios espera que sepamos reconocer el pecado cuando nos asedie, que podamos distinguir los ataques del enemigo y desenmascarar sus artimañas, pero necesitamos dejar la lastimería a un lado y combatir con el pecado.
Pablo declara que nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra huestes y principados que gobiernan en las regiones celestes.

Llamemos al pecado, pecado. No permitamos que la iniquidad haga nido en nuestros corazones, matrimonio, familia e iglesia. Nuestras armas son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas...

jueves, 25 de abril de 2013

Una sociedad perfecta

En cada matrimonio existe una complicidad divina. Dios se asocia con un hombre y una mujer para el milagro de la procreación. Cada uno de nosotros somos resultado de esa sociedad perfecta, el asunto es...hasta adonde dejamos que Dios se meta en nuestra familia, en nuestro matrimonio y con nuestros hijos.

No debemos perder de vista que los hijos no son nuestros, son herencia de Jehová. Los padres somos solamente los administradores de esa herencia. Por eso es muy crucial el privilegio de ser padres, tenemos en nuestras manos un alma en la cual se está escribiendo una historia eterna. Una historia que traerá gratos o malos recuerdos, situaciones que facilitarán o servirán de lastre para su relación con Jesús.

Es la historia de toda nuestra vida, nuestras limitantes con respecto al amor de Dios es que lo ponemos en perspectiva con la relación que tuvimos con nuestros padres. Debemos procurar para nuestros hijos un futuro donde les sea fácil caminar bajo la voluntad de Dios.

Para lograr ese propósito es necesario el amor, pero el amor en todas sus dimensiones: caricias, abrazos, regalos, instrucción, corrección, limites, responsabilidades y privilegios. No podemos ser tan egoístas con nuestros hijos y negarles la valiosa lección de la instrucción y la corrección. Sería un gran pecado el inculcar en nuestros hijos una mentalidad de derechos, merecedores de todo, antes de ponerlos en la realidad que lo que ellos tienen son algunos privilegios que son ganados a medida su obediencia lo amerite.

Poner limites a nuestros hijos es tan vital e importante como darles un buen abrazo y un beso. Enseñarles responsabilidad es tan imperante y valioso como decirles un "te amo".
La sociedad espera jóvenes y señoritas con ciertos valores morales, y eso se aprende en la cuna, en la sala, en el comedor, en el baño, en el carro... en el hogar.

Tenemos la ventaja que Dios está de nuestro lado para hacer la parte que le corresponde en la maravillosa sociedad del matrimonio, ayudarnos a guiar a nuestros hijos a caminar siempre en la voluntad de Dios... en su bendición... 

lunes, 8 de abril de 2013

Las sendas antiguas. Parte III

Hay dos formar de entrar al pueblo de donde es originaria mi esposa.
La primera es entrar por una calle que está en malas condiciones, y la mayoría del trayecto es cuesta arriba. Unos 15 minutos más o menos de subir, subir y subir.
El camino por este lado más tedioso y estresante.

La otra entrada (que es la que generalmente usamos nosotros), es una calle más segura y en mejores condiciones, con hermosos miraderos y clima muy fresco.
apenas tres o cuatro minutos de subida y estamos en el destino, el pueblo de Alegría.

Jeremías, en su proclamación de la advertencia de Dios hacia Israel, declara: deténganse en el cruce de caminos y miren, pregunten por las sendas antiguas, cuál es el camino Justo y andad por el.
Hay muchos caminos que nos pueden parecer de bendiciones a nuestro ojos, más no sabemos si es la voluntad de Dios que transitemos por esa vía.
No basta preguntar por las sendas antiguas, debemos andar por el camino justo. El camino que andan los que son justos, los que practican el arrepentimiento, la súplica a Dios y la misericordia. Ese es el camino que debemos recorrer para estar en su voluntad y ser respaldados por El.

El camino de los justos es como la luz de aurora, de aumento en aumento. Cuando nos estancamos en cualquier área de nuestras vidas es porque nos hemos desviado del camino "justo". Dejamos de obrar como justos y nos confiamos en nuestra propia opinión, creando desequilibrio en nuestras vidas y permitiendo que el enemigo metas sus sucias manos en nuestros planes.

Necesitamos volver urgentemente a las sendas antiguas, a caminar en la justicia de Dios, obrando como hombres justos delante de Dios.

Lastimosamente, Israel dijo muy descaradamente que ese camino no les interesaba en lo más mínimo  y terminaros siendo esclavos de Nabucodonosor. Nosotros no tenemos porqué llegar hasta ese extremo, a ser esclavizados nuevamente por nuestras iniquidades. Por eso es importante la humildad de reconocer que vamos por mal camino y regresar a la voluntad de Dios.

Todos los días son perfectos para volver a la casa del padre. Empezar de nuevo a hacer su voluntad y buscar lo que le agrada a nuestro Señor y Dios....


jueves, 4 de abril de 2013

Las sendas antiguas. Parte II

Esto dice el Señor:
«Deténganse en el cruce y miren a su alrededor;
    pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él.
Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma.  

Jeremías 6:16 (nueva traducción viviente)

Los hombres tras el volante nos sentimos grandes! nos gusta sentir que tenemos el control absoluto de la situación. Y no hay cosa que nos cueste más en el acto de conducir un automóvil que hacerle caso a nuestra esposa y pedir orientación sobre el rumbo o dirección de nuestro destino!!
Eso nos golpea el orgullo y la soberbia, y generalmente nos hace perder tiempo, combustible y echa a perder un buen paseo con la familia.

Todo camino empieza recto, toda calle empieza derecha. Eso nos hace confiar en nosotros mismos, en nuestras habilidades, experiencia y en nuestro razonamiento.
Al principio todo irá bien, hasta el momento no hay donde perdernos.

La Biblia declara que hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero su final son de muerte. No necesariamente muerte física, puede ser que nuestro oído espiritual ya no reconozca  la voz de Dios. Que pasemos por alto las advertencias que pone en nuestro camino.

Esta versión del pasaje bíblico me gusta mucho porque habla de cruce de caminos.
No podemos evitar las cruz-calles o encuentro de caminos, tarde o temprano nuestro camino derecho llegará a una intersección, y tendremos que elegir que rumbo tomar.

Por eso la advertencia de Jeremías es precisa, deténgase en el cruce de caminos!!
Confiar en nuestro corazón o en nuestra prudencia puede hacernos desviar nuestro rumbo y derivar lejos de la voluntad de Dios.
La soberbia y el orgullo son expertos para extraviar al hombre de la voluntad de Dios.

Si ya nos pasamos un par de cruces de caminos es tiempo de parar nuestra marcha y volvernos a las sendas antiguas.
Preguntarle a Dios hacia donde está su voluntad en nuestras vidas, regresemos a estar en el punto donde le agradamos a El
   

lunes, 1 de abril de 2013

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Llueve!!

Esta noche mientras llueve lentamente, empecé a reflexionar sobre lo efímero de la vida, sobre lo volátil del ser humano ante las cosas inta...