martes, 26 de marzo de 2013

El silbo apacible

Muchas veces queremos que Dios obre y se manifieste en nuestras vidas de la misma manera, esperamos que siempre nos hable con portentos y maravillas del cielo, dejando de ver su obra en nosotros a través de las cosas simples de la vida. Momentos en los cuales Dios nos susurrará dulcemente al oído para hacernos sentir que está con nosotros....

Pastor Carlos Berges
domingo 24 de marzo de 2013
Iglesia de Cristo Visión de Fe

lunes, 25 de marzo de 2013

Las sendas antiguas

 Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.   Jeremías 6:16

No hay traición más cruel que la del corazón, y no hay peor error que confiar en su criterio.
Jeremías cumplió su ministerio en una época en la cual la soberbia y la altivez reinaba sobre Israel, a tal punto, que la voz de Dios se había convertido en palabras huecas y simple retórica. No habia razón para cumplir la ley. Les daba igual hacer sacrificios a Dios en el lugar de reunión que adorar a otros dioses en sus lugares altos.

En medio de esa generación rebelde y soberbia se levanta Jeremias con un mensaje específico para su pueblo. Volverse a Dios era algo inminente, su mensaje era de las últimas palabras de advertencia de parte de Dios para su hijo rebelde.

Para Israel bastaba el ser simiente de Abraham para creerse auto-suficientes y merecedores ante los ojos de los demás pueblos y naciones. Hoy en día para muchos de nosotros también creemos que nos merecemos lo que Dios nos da por hecho de "haberle recibido" en nuestro corazón.
Error! nosotros no recibimos a Dios, fue el Padre eterno el que nos recibió a nosotros, fue Él quien nos amó primero y entregó a Jesús Su hijo para poder recibirnos de nuevo como hijos suyos y ser parte de su simiente eterna.

Volver a las sendas antiguas requiere una fuerte dosis de humildad y reconocimiento que no somos merecedores en este sentido, sino más bien, deudores. Deudores de su amor, de su gracia y misericordia.
No podemos pretender que vamos por el camino correcto si primero no rectificamos nuestro andar.

Las sendas antiguas es la ley de Dios, es saber lo que le agrada y lo que Él pide de nosotros. Fuera de Su voluntad todo lo demás pierde su valor. Sin obediencia de nada sirve el sacrificio. Sin buena voluntad de nada sirve obedecer. Con argumentos humanos el servicio a Dios queda sin valor alguno.

Volver a las sendas antiguas requiere tres acciones: Pararse, mirar y preguntar.
En los siguientes posts escribiré sobre ellos...





viernes, 22 de marzo de 2013

Devuelve lo que no es tuyo...

Nuevamente Jesús está a punto de llegar a la ciudad.
 Hay dos personajes que dejaron su historia plasmada en la biblia, los dos de la misma ciudad religiosa de Jericó.

El primero, un hombre muy conocido por todos los que transitaban el centro de la ciudad. Bartimeo, el ciego que se había ganado la compasión de las personas. Dejaremos su milagro de sanidad para otra ocasión y nos enfocaremos en el otro personaje...

El otro hombre también es muy reconocido, tal como Bartimeo, no puede pasar desapercibido.
Su estatura no le permite pasar inadvertido, su profesión mucho menos... 
jefe de los recaudadores de impuesto...!!

Zaqueo necesita ver a este maestro. No puede más con la reputación que se ha granjeado a pulso entre el pueblo. Su corazón de Judío sabe que no está haciendo lo que le agrada a Dios, no está obedeciendo lo que la ley manda....

Se llega el día de la visita de Jesús a la ciudad. Sin pensar en el qué dirán, se sube a un árbol para poder observar a este hombre Nazareno.

Jesús le reconoce por nombre, para sorpresa de Zaqueo.
Jesús ya me conoce por nombre y sabe mi reputación, y aún así... quiere que lo reciba en mi casa!!

Mi pastor Carlos Berges mencionaba este episodio de la biblia, y cuando Jesús entra a la casa de Zaqueo, hay una pregunta que flota en aire.
Una pregunta que taladra el corazón de Zaqueo y le hace actuar antes que el maestro se pronuncie al respecto.
Zaqueo... y esto que tienes aquí, te lo dio mi padre?
y esto que está amontonado en este rincón, es fruto de la bendición de Dios, o consecuencia de tu astucia y mañosería??
Claro, la pregunta no se escucha. no es perceptible al oido humano, pero sí en el alma y espíritu de Zaqueo.
Por eso inmediatamente saca todo lo que no era suyo, todo lo que Dios no le había dado, todo lo que no provenía de la mano del padre, lo devolvió cuadruplicado...

Resulta ser que cuando Dios nos creó, nos hizo a su imagen y semejanza. Pero con el transcurso del tiempo, vamos adquiriendo cosas que el padre eterno no nos entregó, cosas con las que Él no nos creó.
Es por eso que cuando Jesús no visita, nos hace la misma pregunta...
ese rencor que tienes arrinconado, ¿te lo dio mi padre?
el resentimiento que está colgado por allá, ¿es tuyo?
A todas esas preguntas, como Zaqueo, debemos responder que no. El resentimiento es consecuencia de tener un corazón engañoso, el odio es producto de confiar en el hombre antes que en Dios.

Por eso debemos despojarnos de lo que no es nuestro, de lo que no va con nuestra naturaleza espiritual.
Necesitamos que Jesús visite nuestros corazones, para que llegue la salvación a nuestras vidas.
Salvos del odio, del rencor, de la desobediencia.

Preparemos nuestro corazón para devolver lo que no nos pertenece y quedarnos con lo verdaderamente eterno y valioso para nosotros, la presencia de Jesús en nuestra casa!!







martes, 5 de marzo de 2013

Iglesia... lo que se ha olvidado. Parte II

Fidelidad

Uno de estos días regresando por la tarde a mi casa, me encontré con un personaje con el que nos conocemos desde hace ya muchos años. Aunque no somos amigos cercanos o llevamos una relación cercana, me dio mucha alegría encontrarme con él. Al instante muchos recuerdos de esa época saltaron a mi mente dejando un buen sabor de boca en mí.

Este singular personaje es un vendedor de magos verdes.
Desde que tengo memoria de mi vida estudiantil, me recuerdo haberlo visto todos los días durante todo mi transcurso por el colegio, vendiendo sus deliciosos mangos preparados con limón, sal, chile y otros ingredientes.

Hasta la fecha sigue sin fallar vendiendo su fruta todos los días a la salida del colegio, después de quizá unos veinte años por lo menos... esa permanencia se llama fidelidad

La iglesia se ha olvidado de la fidelidad...
El sistema nos ha hecho mucho daño. La falta de fidelidad a la pureza de la palabra de Dios ha creado "evangélicos" sentimentales y resentidos. Si la iglesia donde estás ya no llena tus expectativas liberales, cámbiate a otra. ¿Quieres escuchar buenos músicos y cantantes que cubran tu exigencia y gusto por el arte? hay muchas iglesias que tienen lo mejor en artistas, son buenos para ejecutar un instrumento, así como para aparentar una vida en santidad y consagración, solo basta ver sus peinados, la música "secular" que disciernen "maduramente" en sus iPods y los embarazos prematuros que provocan.

La iglesia fue comprada, redimida, restituida e injertada, por gracia y misericordia de Dios, a un plan de salvación, de vida eterna y en abundancia...hemos sido llamados a participar de su naturaleza, ser parte de Su Simiente.......por eso le debemos fidelidad.


Fidelidad para amarle con todo nuestro ser... solo El es Dios, nuestro Dios
Fidelidad para guardar sus mandamientos y obedecerlos sin argumentar
Fidelidad para vivir en santidad y consagración, hacer lo que le agrada a El
Fidelidad para con los lideres que se encargan de nosotros
Fidelidad para amar nuestro matrimonio y hacer feliz a nuestra esposa, ó esposo.
Fidelidad para enseñarles a nuestros hijos el temor a Dios y prepararlos para su encuentro con su Señor
Fidelidad para mantener una relación personal con Dios, poder disfrutar de su presencia a cada instante del día.

Nos hace falta fidelidad hacia nuestro amado Señor... se la debemos!!!
Él nos ha dado todo sin reservas, siempre ha sido y seguirá siendo fiel con nosotros, por su amor y misericordia.

Seamos fieles, mis amados!!!


lunes, 4 de marzo de 2013

Iglesia...lo que se ha olvidado

Hay ciertos conceptos que a manera personal escribiré acerca de la iglesia cristiana.
Al utilizar el término "iglesia" no me refiero a instituciones u organizaciones, más bien, a las personas que conforman el cuerpo de Cristo.
Lo que se ha olvidado.... por tratar de innovar o instalar nuestra libre voluntad hemos dejado de hacer muchas cosas que son básicas e importantes al ser llamados pueblo de Dios.

Perfeccionar a los santos

En la vida existen dos clases de trabajo. Está el que a simple vista se puede destacar y admirar. No necesitamos hacer mucho para que se note. Generalmente es el que nos llena de "orgullo"... yo soy licenciado en administración de empresas -yo soy líder de jóvenes - yo soy maestro- yo predicador- yo pertenezco al grupo de  personas que se encargan de evangelizar... labores que se ven y son admirados por las personas.

La otra clase de trabajo es silenciosa. No grita pero ahí está. Tal vez no sea el más reconocido, pero de el dependen muchos otros que sí se ven.

La iglesia hoy por hoy está ocupada tratando de hacer el evangelio lo más parecido a la corriente del mundo para hacerle más fácil la entrada a los que no conocen a Dios.

Shows al más alto nivel de entretenimiento profesional. Motivadores de primera para elevar el auto estima del grupo de servidores. Música "alternativa" para que sea del agrado de todo el mundo. Quitemos el nombre propio "Jesús"  en las letras de nuestros cantos y sustituyamos por el artículo genérico "EL" o peor aún, "TU".

La frase "te amo" en nuestras alabanzas es tan genérica y ambigua que ya no se sabe si está siendo atribuida a Dios ó a la jovencita que llega a la iglesia con ropa sugestiva y que provoca "amor" en los jóvenes".

Uno de los papeles fundamentales de la iglesia es perfeccionar a los santos.
El asunto es que los "santos" modernos de las iglesias son todo menos santos. No hay nada que los distinga.
Puede ver dos greñudos con arete en la calle y no distinguir quién es el miembro de la "iglesia".

De nada sirve traer gente a las iglesias si no están siendo perfeccionadas en la santidad, ni transformados  por la palabra. Podemos tener mega iglesias llenas de cristianos amorfos, que se climatizan a cualquier ambiente, y declarar que trabajamos para la obra de Dios.
La iglesia se ha olvidado de perfeccionar a los que son apartados para Dios. No sirve de nada la congregación que no se consagra ni prepara una vida agradable a su Señor. Nos preparamos para agradarnos a nosotros mismos presumiendo con talentos y dones prestados, construcciones de lujo, radio, televisión y todos los medios tecnológicos que están a nuestro alcance, en lugar de vestirnos de humildad y caminar en santidad por la vida haciendo lo que le agrada a EL.

Televisión, radio, conciertos, todo eso está bien si nuestro propósito es traer a las personas a un encuentro genuino con Dios. Sin pre-vendas, sin chantajes, sin subterfugios carnales. Además de eso necesitamos amar a los que se acercan a la iglesia de tal modo que anhelemos y ayudemos para que los frutos del Espíritu permanezcan en ellos.

El evangelio se lleva puro, o se hace más daño que bien.
La santidad distingue
El "evangelio barato" te hace uno más del montón
La santidad te hace raro
El "evangelio light" te hace común
La santidad te da un status de identidad y autoridad espiritual
El "evangelio moderno" solo puede darte la satisfacción de pertenecer a la "mega iglesia  tal...."
La santidad hace que los demás se acerquen a Dios por tu manera diferente de vivir
La "iglesia de hoy" te regala entrada gratis a conciertos, cine y parques recreativos si te congregas

El propósito de los ministerios de la iglesia ( que son únicamente cinco) es el de perfeccionar a los santos, pero la mayoría se preocupan más por la cantidad de "invitados" para cubrir la planilla de su iglesia, que el crecimiento y la salud espiritual de las mismas.
Si la iglesia no nos enseña a vivir en santidad...¿quién lo hará?











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