jueves, 31 de enero de 2013

Música... Ténica y unción. Parte dos

No me gusta, de manera personal, el impresionante abismo que separa hoy en día la técnica de la unción.

Soy un catador de la música como Arte... a mis apenas seis o siete años de edad empecé mis primeros pasos en el maravilloso mundo de la música. En la casa de mi abuela existían solamente dos tipos de música que se podían escuchar en ese entonces: música cristiana y música clásica... y me aventaron a aprender música clásica!!!
Crecí escuchando a Mozart, Chopin, Bach, Beethoven, y muchos otros genios de la música. Por eso soy exigente con las personas que me piden clases de piano, porque me tocó rogar a mi maestra de música para que me diera clases...y nunca me dio una clase formal, lo que aprendí de ella, que fue poco, lo aprendí de observar y escuchar. Luego vinieron otros maestros que terminaron de definir el llamado de Dios en mi vida.

Pero aparte de la exigencia técnica, en mi iglesia Visión de Fe, he aprendido que sin unción no soy nada más que un entretenedor, un címbalo que retiñe sin ton ni son.
Dios no busca artistas con hambre de alimentar su ego, El busca "adoradores", gente con hambre por su presencia, por ser portadores de su gloria.

Con mucha tristeza he visto como el "profesionalismo" pierde las vidas de los adoradores. Personas que dedicaban su tiempo a Dios, de la noche a la mañana son tan itinerantes y famosos que no se congregan, no pertenecen al cuerpo de Cristo, "sirven al cuerpo de Cristo" pero no escuchan palabra, mucho menos diezman u ofrendan, raramente crecen espiritualmente.

La unción es la que se encarga de mantenernos con los pies en la tierra. Y es que solamente por medio de Su Espíritu podemos entender que todo se trata de EL. No hay dos grandes, dos famosos, dos profesionales, solamente hay uno que es grande y es El que está dentro de nosotros. Como dice mi pastor, si usted me quita lo que tengo de Dios en mi vida, quedará una bestia salvaje, un hombre rústico.

Una persona con altivez y soberbia no tiene relación con Dios. El que tiene relación con Dios es humilde, porque no existe lógica que nos explique cómo podemos comunicarnos con el creador del cielo y de la tierra siendo nosotros pequeños y frágiles delante de El. Eso es amor, gracia, favor, misericordia. Allí no cabe la petulancia y la técnica, solo hay lugar para admirar Su santidad.

He visto y conozco mujeres y hombres con voces privilegiadas, pero no tienen unción, hay notas pero no hay palabra, hay colores y matices musicales, pero no hay santidad ni consagración. Da lo mismo estar sentado en la silla de la iglesia que en la butaca de un cine. Para muchos es lo mismo tocar en el "altar" que en un antro a altas horas de la noche.

Mis amados profesionales y virtuosos de la música cristiana, sin relación no somos nada y lo menos que hacemos es agradar a Dios. Si cuestionas mucho tu peinado, tu forma de vestir, tu forma de hablar y los antepones al servicio a Dios, mi querido, estas lleno de soberbia y altivez, y lo más probable es que por buscarte una agenda saturada con presentaciones y "toques" pierdas tu propósito.

La unción no se puede separar de la técnica, los dos deben crecer integralmente, necesitamos ese equilibrio para permanecer en bendición....


Música...Técnica y Unción

Me sorprende el divorcio que hay entre estas dos palabras dentro del ámbito "evangélico". Hemos polarizado el servicio a Dios llevándonos hacia extremos que están lejos del contexto de lo que Dios espera de nosotros.

Hay una corriente Ultra-Radical que se basa en agarrar a diestra y siniestra personas con poca capacidad o carentes de habilidad o "don" para el desarrollo del servicio en el área de alabanza y adoración.
Su percepción se basa principalmente en el amor y pasión a Dios como puntos determinantes para escoger a los ayudas o servidores. "Si usted ama a Dios, puede servir en el ministerio de alabanza", ese es el único requisito para entrar.

Me gusta la mayoría de lo que éste pensamiento profesa, el amor a Dios y la pasión por vivir una vida en santidad es fundamental e indiscutiblemente una prioridad, pero es una visión muy limitada de lo que Dios espera de nosotros como salmistas.

No me mal interprete, Dios busca adoradores en espíritu. Gente de devoción a El. Personas consagradas y dispuestas a vivir para agradar a su Señor. El asunto es que también busca adoradores en "verdad".

La palabra "verdad" en este concepto, significa, personas que saben muy bien lo que hacen. Conlleva implícitamente un conocimiento técnico de la labor que desarrollamos. Se asume que estamos equipados con ciertos dones y habilidades afines a nuestro llamado.

Se imagina un servidor o servidora que ama a Dios con todo su corazón, mente y fuerzas... pero con poca paciencia para cambiar pañales, metida en la sala cuna de la iglesia???

O un maestro de escuela dominical dando clase a sus alumnos domingo a domingo, pero por sus venas no corre la más mínima vocación por la enseñanza???

Un diacono sin "don de gentes" ni "empatía" para tratar a los visitantes de nuestras congregaciones, dando la bienvenida???

La música se trae en las venas o no se trae, no hay otro camino, no hay otra manera. He visto muchas personas cambiar su carácter, ser sanadas físicamente de alguna dolencia, ser prosperadas, levantadas por Dios, pero jamás he visto a una persona de un día para otro resultar ejecutando un instrumento o cantando con voz de jilguero, y me refiero a instantáneamente como algo sobrenatural, empezar a tocar el piano o afinar bien en la octava. Eso mis amados es un "regalo de Dios" (don).

Como lideres o directores, podemos ser duros con los servidores de alabanza y adoración, podemos fundirlos y exigirles lo que no pueden alcanzar... y es nuestra culpa!! si, por no ubicarnos sobre la realidad que no basta con amar a Dios y tener pasión por servirle, se necesita tener madera para el canto o la música, y eso no se vende a la vuelta de la esquina.

Quizá suene a petulancia el escrito de hoy, pero es un llamado sincero a trabajar y hacer las cosas para glorificar el nombre de Dios. Sin lugar a discusión, las personas deben estar en su lugar optimo de acuerdo con las herramientas con las que Dios les a equipado en la vida.

La parte técnica es fundamental en los grupos de alabanza y adoración, una formación y capacitación musical es imprescindible para lograr un servicio con excelencia. Claro, la técnica debe ir a la par de los valores cristianos que también son determinantes.

Todas las personas a las que Dios utilizó como paradigmas de la cristiandad, fueron personas preparadas o con habilidad y don para la música.

David, el dulce cantor de Israel, era tal su conocimiento musical que hasta creó instrumentos de viento y cuerdas para ministrar al Señor.

Moisés y Miriam. Ambos ancianos, los vemos componiendo cantos a Dios.

Eliseo, un tañedor de instrumentos de cuerda, y profeta de Jehová!!!

Salomón y sus canciones de canciones (cantar de los cantares)

Isaías, Jeremías, Daniel y muchos Hombres de Dios, no solamente tenían una estrecha comunión con Dios, tenían dones y capacidades musicales.

No se puede exigir donde no hay dones o talentos. No hay mejoras, al contrario, hay mediocridad.
Las congregaciones no reciben personas amantes del buen arte, un buen conocedor del tema será estorbado al ver la carencia de profesionalismo al cantar o ejecutar un instrumento. Y no es que el hermano sea carnal, o que la alabanza es para Dios y no para el hombre... esas son excusas para no hacer un buen trabajo.

Nuestra comunión con Dios nos provee unción para ministrar, la técnica nos hace pararnos firmes, nos da confianza y satisfacción que hemos dado lo mejor para nuestro Rey.

El llamado hoy, es que si estás sirviendo a Dios en sonido, estudia sobre el tema. Si eres maestro de escuela dominical, debes aprender técnicas de enseñanza y aprendizaje, si eres diacono, aprende a relacionarte con las personas. Si estás en el grupo de adoradores, estudia música, ejercita tu voz....

Y amados lideres, ya basta de dejarnos guiar por sentimientos a la hora de escoger a los integrantes del grupo de adoradores, busquemos gente consagrada a Dios... y que esté equipada para este trabajo. De lo contrario seguiremos sin llegar a ninguna parte.

Esta es la primera parte de este tema, en la segunda parte hablaré sobre la parte de la unción....




    

viernes, 25 de enero de 2013

Casas y altares

La vida de Abraham era muy tranquila, vivía en el lugar donde nació su padre Taré. Estaba establecido en la ciudad de Ur, la ciudad más importante de ese entonces. Estudios sobre letras, artes, arquitectura, números, en fin, todo lo tenía a la mano en Caldea.
Un lugar para desarrollarse, para crecer exitosamente. Perfecto para casarse y formar familia en sus centros urbanos. Todos sus parientes, conocidos y colegas establecidos en el pueblo. Y él, muy cómodo, hasta ese día en que Dios le habla...

No me imagino cómo fue que Abraham hizo para que su esposa accediera a la idea de dejar la comunidad de Ur, su casa propia, sus muebles, todo por embarcarse junto con él a obedecer una voz que le pidió que le siguiera a -no-se-dónde.

Y así empieza la peregrinación del patriarca... atravesando valles, collados, montes, pueblos. Con tal de seguir la dirección de Dios, que, ha medida transcurría el peregrinaje, le transmitía su voluntad.

Me llama mucho la atención que a todos los lugares donde Abraham estuvo por orden de Dios, tenia que volver a armar su tienda y de nuesvo esperar nuevas instrucciones. Nuevamente a sacar de las cajas las vajillas, los individuales, la ropa de cama... todo, para comenzar a establecerse a la espera de la voz de Dios.

Algo que también hizo en todas sus estaciones, fue hacer altares a Dios. Lugar donde llegaba a establecerse, altar que construía para no perder la comunicación con Dios.

Hace poco nos tocó nuevamente mudarnos de casa y meditaba sobre lo cansado que es, lo tedioso de empacar, rotular, envolver en papel lo frágil... comprendo un poco a  Abraham, pero aún así, se ocupó de hacer de su casa, no importara el lugar, un altar de adoración a Dios.

Ejemplo a seguir, sea donde sea que nos toque movernos, debemos siempre llevar esa conexión que nos permita estar comunicados con nuestro Señor, y sabe qué? ya tenemos quién nos recuerde que debemos hacer altar...el amado Espíritu Santo. Depende de nosotros, invocar su nombre, el ha prometido estar ahí, y siempre lo cumple!!!


viernes, 11 de enero de 2013

Ahava, el amor del padre...

"¡Fíjense qué gran amor(Ahava) nos ha dado el Padre(Av), que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!"                                                                                                                              1 Juan 3:1

Sin lugar a dudas todos deseamos ser amados. Es una necesidad imperante en el ser humano el saber que ocupa un lugar especial en la vida de otras personas. Eso equilibra el psiquis, nos define, establece la identidad individual. Por esa razón el estigma que más cuesta quitarse es la orfandad. baja autoestima es muy fácil de superar con amor propio y dedicación personal. Alta autoestima, se puede controlar. El temor, las fobias, el enojo, son cosas fáciles de trabajar en el alma de un individuo. Pero no sucede lo mismo con la falta de paternidad. La orfandad se encona, se hace pústula en el corazón, se enraíza profundamente mostrando sus ramificaciones en los momentos menos esperados.   

En mi país hace un par de años había un titulo en los registros familiares para los nacidos que no tenían padre, "bastardo" una palabra tan hiriente e indeleble en el corazón de esas generaciones. Con el paso de los años ésta palabra fue reemplazada por otra más moderna, que suena elegantemente pero sin perder su ponzoña y su herida fatal, "ilegítimo". Eso duele, y es la realidad en la mayoría de nacidos en éste tiempo de liberalidad sexual. Miles de personas llevando a cuestas esta cruda realidad.

Esa es la maravilla del amor del padre. No siendo sus hijos, Dios nos regaló su amor. Pero no fue simplemente amor, nos amó con amor de padre!!! se imagina usted como padre de familia amando a un desconocido con la misma pasión con la que cubre a sus hijos!!! maravilloso amor no le parece?

Solamente el amor del padre pudo amarnos de tal manera que no habiendo ningún interés de parte nuestra por seguirle, El con su amor nos alcanzó y nos concedió el privilegio de poder ser llamados sus hijos.

No somos huérfanos debido a ese amor de Ava Olam, nuestro padre eterno... disfrutemos de su amor y del privilegio de ser parte de su familia, de poder llamarle Ava....

Donde no hay amor, hay injusticia

"No seamos como Caín que,  por ser del maligno,  asesinó a su hermano.  ¿Y por qué lo hizo?  Porque sus propias obras eran malas(injustas),  y las de su hermano justas." 1 Juan 3:12

Quién no ha escuchado la historia de los dos hermanos más famosos de la humanidad...

Uno era agricultor, trabajaba la tierra como su padre le había enseñado. Se esmeraba para sacar buenas cosechas. Como el primogénito de los hermanos, Caín era un modelo de hijo. Responsable, trabajador, le echaba la mano a papá para el sostén de la casa.

El otro era pastor de ovejas. Quizá el escuchar las asombrosas historias que contaba su padre cuando bajo designio divino tuvo que estudiar cada ser vivo para nombrarlos. O tal vez fue el bochornoso episodio de cuando Dios sacrificó corderos para hacerles vestidos a sus padres, lo que le motivó a ser ganadero. Una profesión totalmente diferente a la de su hermano. Caín veía números fríos. cifras, producción. Abel, por el contrario, era más afectuoso en su oficio, cada cuido de sus animales era con amor.

Es muy dificil saber a ciencia cierta el por qué Cain actuó con tanta maldad contra su hermano, pero el Apostol Juan nos abre una pequeña ventana para dejarnos ver un poco lo que sucedió.

Abel fue aceptado en un acto de búsqueda de agradecimiento hacia Dios. Su motivación era simplemente el amor, Eso lo convirtió en el primer hombre "sadiq" o justo delante de Dios. Sus obras eran por amor, no por competir con su hermano. El no buscaba identidad, sabia perfectamente quien era.
Caín por el contrario, dice Juan el Apostol, sus obras era malas o injustas. Es decir que sus acciones no eran consecuencia del amor a Dios, sino por buscar sobresalir en todo a su hermano. Una persona sin amor a su prójimo lleva un Caín adentro.

La ofrenda de Caín no fue agradable ante los ojos de Dios no por que eran verduras y legumbres, sino porque en su corazón no había amor.
Cuantas veces nuestra ofrenda a Dios no llega ese nivel de aceptación delante de El porque no amamos a nuestro hermano, eso es obrar con maldad. Saber que cuando no amo a mi prójimo dejo de ser hijo de Dios y mis acciones son de maldad, debe hacernos reflexionar el día de hoy. Meditar que como este hermano mayor, al sentirse humillado por el beneplácito de Dios hacia su hermano tuvo pensamientos de asesinato contra el.

Procuremos ser hallados justos delante Dios no solo porque damos, sino principalmente porque amamos. Porque es nuestro deber dar ese fruto si es que en realidad somos hijos de Dios.
 

martes, 8 de enero de 2013

La teoría del árbol del bien y del mal

La palabra que mejor define el concepto de "instruye al niño" es AGUIJONEAR. Recuerdo muy bien que cuando era niño la casa de la abuela materna era el punto de reunión de todos los sobrinos. Como apenas se empezaban a conocer los juegos de video, teníamos que ingeniar algún juego nuevo que nos mantuviera ocupados y quemando energías. Entre esas búsquedas de diversión infantil, una de tantas veces decidimos tirarle piedras a un panal de abejas que había en la vecindad. Se imagina el resultado que produjo ese juego, a uno de mis primos lo pincharon las abejas un par de veces y terminó con el labio hinchado y muchas ronchas. El agujoneo de las abejas es así, sin tregua... Pues algo así es también la instrucción. Sin tregua, constante, perenne.
El ser humano no puede vivir sin ser instruido. Desde el principio Dios se encargó de hacerlo con Adán. Ese fue el propósito del Árbol prohibido. Recibir instrucción.

El humanismo va en contra de este concepto, mientras menos se le lleve la contraria al pequeño, más eficaces en la instrucción seremos. Algo totalmente opuesto a lo que Dios enseña.
Dios no nos quita el pecado para que no vayamos tras el. No elimina el cigarro para que fumemos. No quita la mujer para erradicar la lascivia y el adulterio en el hombre. No nos hace inmunes a la tentación. No nos mete en una burbuja. Pero sí, nos deja su instrucción para corregirnos.

Se imagina quitar los adornos de mi casa para que mi hijo no los quiebre. Si hiciera de esa forma, tendría que quitar la adornos de las casas donde nos inviten. Ese no es el orden divino.
El árbol siempre estará en nuestro edén, recordándonos la instrucción que hemos recibido de parte de Dios, su palabra

El Sicómoro y... la falta de perdón

Qué difícil palabra es el PERDÓN. Una palabra tan corta pero más pesada que el Titanic. Tan inofensiva pero incisiva como un espetón. Tan fácil de escribir pero áspera a la hora de pronunciarla. Se atraganta cuando se quiere expresar. Es un alfiler con cientos de agujas dentro de nuestro corazón.

Pedir perdón de por sí es un acto bastante humillante. Reconocer mi culpa e ir hacía donde está mi ofendido y vulnerar el ego, exponer el corazón, poner la carota para obtener esa palabrita chiquita que nos hace recobrar el apetito y conciliar el sueño. Ya no digamos lo trabajoso que es el dar el perdón...uff!!! eso sí que nos deja sin aliento. El dar el perdón a una deuda moral, eso mi amados, se llama madurez, carácter, parecerme a Jesús.

Y no estamos hablando de perdonar cosas infantiles como una mal gesto, un saludo no correspondido, ó los cinco dólares que mi hermano me prestó la vez pasada y se los dio por regalados. No, me refiero a heridas profundas donde ha pasado el bisturí, donde se ha tenido que supurar con alcohol y yodo la herida. Donde el hueso ha tenido que se quebrado del todo y luego enyesado para que sane y vuelva a la normalidad. Donde el paso del tiempo es muy lento. En esos casos, donde por ley necesitamos hacer una pausa en nuestra respiración y pensar dos veces para estar seguros si hemos perdonado.

Todos tenemos heridas en el corazón, unas más profundas que otras. Hay cosas que son fáciles para nosotros de perdonar porque generalmente nosotros hemos sido perdonados por las mismas faltas.
Pero hay heridas que están enconadas, como una astilla en el dedo, duele mucho el intentar sacarla, y casi siempre lo que se consigue es empujarla más hacía adentro de la piel.

Jesús está de nuevo con sus discípulos hablando sobre el perdón, y sus palabras una vez más han desequilibrado la mente de sus doce seguidores, una vez más lo que su maestro pide es un imposible para ellos. Está bien perdonar, pero no es para tanto...setenta veces siete por día es algo prácticamente imposible de concebir... puedo perdonar una vez pero no la segunda.... perdonar perdonar perdonar...

Señor.... aumentanos la fe.....esa fue la respuesta.
La replica del maestro ante esta repuesta es más maravillosa aún. Sí tuvieran fe como un grano de mostaza podrían decirle a este sicómoro quítate y plántate en el mar, y éste obedecería a la fe.

Aún el sicómoro con sus profundas raíces no ofrecería resistencia a una declaración de fe. Lo que nos parezca más difícil como trasplantar un sicómoro, es posible con la ayuda de la fe, cuánto más el perdonar...
 Eso es lo que Jesús nos dice hoy, tienes fe para recibir mi salvación? entonces también tienes fe para perdonar.... Difícil pero no imposible. No nos cansemos de perdonar y pedir perdón, es un fruto de una vida espiritual sana e integra...

domingo, 6 de enero de 2013

Delicados pastos ó valle de sombra de muerte...

Desde muy pequeños somos vacunados para desarrollar cierto grado de inmunidad sobre algunas bacterias y virus que puedan provocar enfermdedades más adelante en la vida. Hay preocupación en la familia y en la sociedad por erradicar lo más que se pueda un virus o bacteria, y no hay otra opción para los infantes que pasar por el cuartito de enfermería donde le espera el pinchazo de la aguja hipodérmica.

De la misma manera en el ámbito espiritual, hay diversas bacterias y virus que atacan al recién nacido desde el primer instante que recibe el álito de vida. la bacteria de la manipulación empieza a ejercer autoridad, el mal humor, las rabietas, todo todo está ahí metido dentro de ese ángelito recién venido del cielo, y todo se desarrollará, queramos o no, con el paso del tiempo.

Uno de los malos hábitos que empieza a atacar la vida del ser humano desde muy teprana edad, es la culpa. Debido a que la tendencia al mal viene ligada al corazón, también la reponsabilidad por los actos vienen como cosecuencia y los padres son, en la temprana edad, los árbitros para determinar culpabilidad y sanción, según sea la falta cometida por el pequeño. Este a su vez puede tomar dos caminos frente a la culpa y reponsabilidad de los hechos, aceptarla o rechazarla.

El salmo 23 es de los más famosos de la biblia. La promesa de que Dios va a ser nuestro pastor y que nos guia en el sendero de la vida. Para los estadounidences es una tradición el cantarlo en sus funerales.

Observando detenidamente la gramática de sus letras encontramos muchos tesoros ocultos en el.
La promesa de este salmo es que Dios nos guia siemore hacia verdes y delicados pastos, claro, siemore y cuando lo reconozcamos como el pastor de nuestras vidas. Esa palabra nos gusta. esa frase no llena de aliento. Nos sentimos muy pollones al declararla y confesarla.

Pero que pasa cuando pasamos por el valle de sombra y de muerte. Eso ya no es voluntad de Dios. El promete delicados pastos no sombra de muerte. Y es que la sombra de muerte la buscamos nosotros con nuestra voluntad. Con nuestro capricho de hacer lo que queremos. Con la desobediencia y rebeldía a la palabra nosotros mismos nos encaminamos hacia los valles de sombra y de muerte.

Es en ese instante donde la mayoría de evangélicos se confunde y empiezan las quejas contra Dios por algo que nosotros mismos provocamos con las acciones. Le echamos la culpa a Dios por lo malo que nos pasa en el camino. La voluntad de Dios no nos llevó a la enfermedad.  Dios no conduce a la crisis matrimonial. Dios no induce a los jóvenes a la rebeldía contra los padres. Pero como siempre buscamos a quien culpar, Dios es el primero de nuestra lista.

Cúanto perdón le debemos a Dios por nuestra arrogancia. Cúanto agradecimiento debería tener nuestro corazón porque buscamos en el cielo con reproches y orgullo cuando el problema está en nosotos, y apun así la misericordia de Dios nos cubre vez tras vez.

Lo que sí es seguro es que en esos momentos de valle de sombra y de muerte Dios está con nosotros para no dejarnos allí. Su vara y su cayado sirven en ese momento para empujarnos hacia la salida. Para entonces volver a reconocerle como pastor y permitirle que nos guie donde El siempre quiere tenernos, junto a aguas de reposo y de delicados pastos para confortar nuestra alma.

Hermoso salmo, asegurémos el Señorío de Dios en nuestra vida y garantizemos pastos verdes. Y si por casualidad nuestros pasos nos han conducido a pasar por valle de sombra de muerte. Reconozcamos a Dios nuevamente en nuestras vidas y su ayuda llegará para movernos hacía donde está su bendción, a su presencia....


martes, 1 de enero de 2013

El sicómoro... y la falta de fe

Sin fe es imposible agradar a Dios, y es casi imposible vivir a plenitud el evangelio de Jesús si carecemos de ella. Es como quitarle el fundamento a un edficio, o suprimir el sistema óseo del cuerpo humano, no existiera una estructura que soportara y mantuviera en pie nuestro cuerpo. Pues algo asi es la fe. Sin ella es imposible vivir completamente la vida que Dios vino a ofrecernos, vida eterna y en abundancia.

Por naturaleza, el ser principal en ejercer la fe y creerle a Dios, es la mujer. Cúantas veces hemos sido beneficiados como hijos de la fe de una madre persistente. Más de alguna vez hemos salido ganando como esposos por la fe atrevida de nuestras esposas (yo doy testimonio de eso)... Quizá por ser emocinal, por tener doble atributo de Dios en su nombre, lo que si es cierto es que con respecto a los hombres, las mujeres nos llevan mucho terreno en materia de fe. Se imagina qué difícil trabajo para Jesús implantar esa medida de fe en doce hombres que no creian ni en ellos mismos, y lo podemos ver cuando los encuentra exhaustos después de una larga noche tratando de "rebuscarse" en la pesca. El se acerca y solamente con una declaración de fe les hace el milagro de la pesca. Qué tarea la del hijo de Dios de hacer producir en ellos fe. En mas de una ocasión parece ser que han aprendido la lección, pero la duda vuelve a ahogar la fe que habían desarrollado.

Luego de una catedra de Jesús sobre lo que es el perdón al prójimo, sus doce valientes sienten tambalear sus cimientos y declaran apresuradamente Señor, aumentanos la fe.

Jesús en lugar de orar por ellos al padre, imponerles las manos y transmitirles de su fe, los exhorta, los anima, los reta a creer en lo que El Padre ha prometido. Sí tuvieran fe como un grano de mostaza podrían decirle a este sicómoro quítate y plántate en el mar, y este obedecería.

Otra vez el famoso árbol Sicómoro....
resulta ser que el sicómoro es un árbol con tubérculos abundantes y profundos en sus raices. Tanto así que es una locura el oensar en transplatar uno de estos árboles debido a que las terminasiones de sus raices se cuentan por cientos. Es una maraña de articulaciones profundas capaces de recorrer algunos pares de metros por debajo de la tierra. Su raiz no se detiene de crecer hasta que encuentra una fuente de agua en la prufundidad de la tierra, esto lo hace un árbol muy robusto. Otra complicación más en la tarea de trasplantar un sicómoro, su madera es muy fuerte desde sus raices hasta la copa.

En otras palabras, Jesús le está diciendo que no se trata de cantidad, la fe es fe, así nada más. La misma fe que necesito para ser salvo es la que necesito para ser sano. Lo mismo necesito creer para un milagro financiero como para recibir el pan de cada día. La fe no se mide, se practica.

Si sólo tuvieran fe, así de sencilla y simple, podrían hacer hasta lo que parece más descabellado e imposible, como lo es el querer trasplantar un sicómoro. Lo que me recuerda a una declaración de mi madre espiritual y pastora... nada de lo que le pueda pedir a Dios va a ser demasiado para El...

En este comienzo de un nuevo año, necesitamos encontrarnos con esa fe pura, sencilla, de niños crédulos, de inocentes...simplemente creer que Dios puede hace lo que para nosotros es imposible, y le tengo una noticia, para nosotros como seres humanos limitados, muchas cosas son imposibles con nuestras fuerzas...pero con la fuerza de la fe en Dios no hay sicómoro que se resista.... ejercitemos la fe!!!!



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