jueves, 6 de diciembre de 2012

Presencia o apariencia, qué ves? Tercera parte

La palabra "no puedo" ha querido aparecer últimamente en los labios de mi hijo de dos años, la novedad que está estrenando sus primeras palabras y la necesidad de hacerse entender han hecho que se vuelva una maquinita grabadora y repetidora.

Uno de los conflictos más grandes del ser humano es la constante lucha contra esta pequeña frase del "no puedo", cada vez que la repetimos cobra más y más fuerza, más peso, se hace más grande apocando el fin que deseamos alcanzar.

Hemos sido diseñados para ser conquistadores, unos con mucho más impetu que otros, otros mas valientes y arrojados, y otros más pensantes y meditativos, pero todos tenemos ese factor en común: estamos en la búsqueda por superar nuestras limitaciones e ir más allá de nuestros límites, si el estudiante logró una calificación media, se esfuerza por alcanzar una mejor, el vendedor que cerró con buenas ventas el mes pasado definitivamente se propondrá superarlas el mes siguiente.

El ejemplo de mi hijo me ayuda mucho a entender este tema, el es un conquistador, a su corta edad ya quiere alcanzar su "independencia soberana" a la hora de comer, vestirse, caminar en la calle, realizar algún tipo de juego o actividad, en todo.... independencia.... yo lo puedo hacer sin ayuda, y sin duda que sus pequeños grandes logros como comer con los cubiertos, mover objetos livianos, ayudar en pequeñas tareas de la casa, han afectado positiva mente su autoestima por saber que es útil y puede hacer cosas pos sí mismo, es la etapa en la que lo puedo hacer todo, soy un conquistador.

Pero, será que realmente puede hacerlo todo, o hay momentos en los que necesita ayuda??
Claro, debo abrir el panorama y fijar atención sobre papá y mamá que de lejos están observando lo que hace y por sobre todo, esperando que se recuerde que estamos ahí con el para ayudar.

El ejército de Israel sale de nuevo al campo de batalla, para ellos la guerra no es una novedad, la victoria no es desconocida, saben que son un ejército de los hombres más valientes de su pueblo, y por sobretodo, liderado por su Rey Saúl, el guerrero más grande, su estatura sobrepasaba la de todos en Israel.

Pero ese día no será como cualquier otra, esa batalla no será igual, los filisteos han buscado un paladín aparentemente más grande que Saúl, un gigantón de casi tres metros de alto que por cuarenta dias los hace temblar de miedo.

En esas circunstancias aparece David, quien al darse cuenta de lo que ocurre decide tomar parte en el asunto y desafiar a Goliat; desafío que les pareció una locura al ver la apariencia de David ante la imponente estatura del filisteo, pero eso no le importó a David, el sabía que Dios estaba con su pueblo, estaba con el, con o sin armadura la batalla estaba ganada, con espada o con una onda, Dios se iba a glorificar por medio de el, y usted conoce el resto de la historia, David deja a una lado la armadura que es apariencia de capacidad, de habilidad, de autosuficiencia  y se viste de humildad reconociendo que se iba a enfrentar a Goliat en nombre de Jehová de los ejércitos, la victoria ya era segura.

Cuando mi hijo se topa frente a una situación donde sus capacidades y habilidades no le permiten llegar, dice la famosa frase de "no puedo", y es ahí donde entramos mi esposa y yo en escena, no diga "no puedo" porque usted todo lo puede en Cristo, solamente diga "ayuda por favor" que para eso nos tiene cerca.

Amado conquistador y amada conquistadora, cuando se traben las ventas, cuando los estudios se vean difíciles  deje a un lado la apariencia de autosuficiencia, y por sobretodo no diga la famosa frase "no puedo", solamente recuerde que la presencia de Dios está ahí cerca para ayudarle, ese es el todo lo puedo en Cristo...




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