sábado, 1 de abril de 2023

El niño Moisés

 ¡Correr en los pasillos del palacio fue su pasatiempo preferido!

Nadie se quejaría del destino que le tocó vivir al pequeño Moisés. De un momento a otro y con pocos meses de nacido pasa de ser sentenciado a muerte a un futuro lleno de opulencias. De repente sucede que deja de ser hijo de esclavos hebreos y se convierte en el hijo de la hija de Faraón.

¡Todo un drama! por un lado el alma partida de una madre que debe callar la verdad delante del pequeño que llevó en su vientre!, y por el otro lado de la historia vemos cómo este niño vino a levantar el luto del vientre infertil de la princesa egipcia.

Mientras fue niño y adolescente todo iba color de rosa. Toda su vida marchaba con un aparente éxito: oportunidad de hacerse con el trono, estudios y cultura egipcia estaban a su disposición...¿Qué más se podía pedir para completar esta vida perfecta?

Su vida era perfecta, si, perfectamente encajada en el sistema de Egipto. Bajo los estándares de su sociedad era un hombre exitoso. A la manera del sistema y cultura egipcia él era una eminencia. Todo esto estuvo bien, hasta ahora ningún problema en la vida de Moisés, ya el jovencito se empezaba a abrir paso en el mundo de su tiempo. Pero sucedió algo terrible...¡creció! en otras palabras, ¡maduró!

Hebreos capítulo once declara que Moisés por la fé cuando fue grande rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, y ahí empezaron los problemas.

Mientras Moisés fue niño su inmadurez lo expuso abiertamente a la influencia de egipto, en otras palabras egipto dictaba la moda para él, y no solo su guarda ropa, también su educación, su manera de pensar, su manera de actuar. Todo era en base a la referencia de su protectora, la hija del Faraón. Por esa razón mientras no fue adulto no tuvo problemas con egipto, para nada.

En este punto de la lectura debemos preguntarnos entonces: ¿Tengo problemas en Egipto? o ¿Todo está bien?. Mis colegas se ríen de mis chistes y yo de los de ellos...me parece que nos hace falta madurez espiritual entonces. Porque los hebreos no se la estaban pasando bien en este momento, para nada se compara con la gran vida que se da Mòisés en el comedor del palacio. Esclavizados y oprimidos porque simplemente no encajaban en egipto, no eran egipcios.

Moisés ha actuado inmaduramente como egipcio pero en sus venas corre la simiente de Abraham, y por ende todas las promesas y el pacto establecido por Dios. Por lo que al alcanzar la madurez lo primero que hace es definir su identidad. Eso incomodó a Egipto, que estaba perdiendo un hombre que estaba dispuesto a negarse de los mejor de su sociedad, eso no le interesaba más. Ya no le importó agradar al sistema, sino buscar su verdadera identidad y ayudar a los que sí eran parte de su linaje, del reino de Dios.

Si nuestra vida aún encaja con todo lo que ofrece el sistema, aún nos falta crecer en nuestra fe. Si nuestro pensamiento concuerda con el del mundo, aún somos niños influenciables. Si por el contrario, el sistema se nos opone hasta en la manera de vestirnos...vamos en camino a la madurez y al encuentro de nuestro verdadero Padre.


sábado, 18 de marzo de 2023

¡Abran paso!

¡Madrugar todos los días para conseguir un buen asiento en el transporte colectivo! Esa es la principal tarea de muchos en una sociedad donde se debe correr para todo.

En una de esas jornadas de viaje en el transporte colectivo hacia el trabajo pude observar cómo todos los que vamos dentro de bus (me incluyo) vamos de manera casi automática esperando lograr un asiento donde poder continuar con el sueño interrumpido abruptamente y que pareciera no suplir el descanso necesario mientras llegamos a nuestro destino.

Todos imbuidos en ordenar las tareas que nos esperan en el trabajo. Uno que otro va platicando con el vecino. No falta la madre que va tratando de terminar de peinar la cabellera de su hija antes de dejarla en la escuela o el que va con su vista perdida pensando que será otro día más que pasará  entre montañas de tareas acumuladas  en la oficina.

Bueno, pues así sucedió en cierta ocasión con una mujer. Doce años de andar a cuestas una condición fisiológica. Doce años de abrirse camino entre la gente para visitar el mejor doctor de su ciudad. Cuántos días sumergida entre la multitud esperando ser sanada y seguir procurando una vida útil para su familia. Soñaba talvez con el día en que recuperaría si derecho de ofrecer sacrificios a Su Dios en el templo de Jerusalén, cosa que le ers prohibida en su estado.

No era la primera vez que se debía abrir paso entre las personas de su comunidad. Padecer flujo de sangre la hacía inmunda y le restringía muchos de sus derechos como judía.

Pero este día era diferente. Jesús se encuentra sorpresivamente entre la multitud. Si, ahí en medio de los necesitados, de los afligidos, de los que una vez más deben luchar por buscar un lugar de privilegio para encontrarse con su milagro.

Su determinación en medio de todos fue llegar a tocar las vestiduras del maestro, aunque sea la punta de su manto eso será suficiente para ser sanada. La libertad se encuentra en medio de esa aglomeración de personas.Ests vez es diferente, aún entre todos los desconocidos hay alguien que la conoce muy bien. El maestro la conoce muy bien, conoce que lleva años tratando de abrirse camino entre los que necesitan ser sanados, sabe que alguien se ha acercado con el propósito de encontrar no un bien material, sino la libertad que solo él puede dar.

En medio de de nuestras ciudades, en medio de esos buses repletos de personas, nos  toca hoy a nosotros ir al encuentro de las promesas de Dios, meditar y reflexionar en Su bondad y misericordia. Saber que aún viajando entre tanto desconocido, para él no paso desapercibido...no pasamos desapercibidos.

En medio de las circunstancias, de las dudas, de las aflicciones, del ajetreo del día a día...en medio de esa multitud que nos rodea, sigue estando Jesús esperando que no perdamos la fe, que luchemos por alcanzar tocar el cielo o con nuestra esperanza y poder desprender virtud.

martes, 7 de marzo de 2023

Sociedad divina. Barqueros

El día a día está lleno de relaciones interpersonales. Desde la relación con nuestro cónyuge e hijos, hasta la convivencia con nuestros compañeros de trabajo, todo tiene que ver con el entendimiento entre nosotros y los que nos rodean. Interesante que los que nos rodean esperan que sigamos las reglas del juego, que mostremos la ética laboral y profesional que requiere nuestro lugar de trabajo. Las esposas en el hogar esperan respeto de sus esposos y los hijos de igual manera esperan de sus padres comprensión y amor.

Para lograr estos entendimientos debemos de precisamente saber que hay reglas, que hay privilegios y responsabilidades en en todas y cada de nuestras relaciones interpersonales; el asunto es que a muchos se nos olvida que toda relación está basada en un pacto, un acuerdo; Y estos términos o acuerdos son lo  que van a llevar al éxito o al fracaso esas pequeñas sociedades entre amigos, esposos, hijos, empleados, jefes, empresas.

Meditando en este respecto, encuentro que en una empresa es muy importante la negociación. La estrategia de saber cuando se debe ceder para poder ganar. Tenemos muchos conceptos y planteamientos sobre cómo hacer un buen negocio, una buena sociedad entre dos empresas. Pero muchas veces se nos olvida llevar estos conceptos de lo macro a lo micro: a nuestra casa, a nuestro matrimonio, a nuestros hijos, pero por sobre todo se nos olvida que nuestro creador anhela asociarse con nosotros, desea que nosotros construyamos una relación personal e individual con EL y poder por medio de esta sociedad divida, experimentar el Reino de los Cielos aquí en la tierra.

Jesús llegó un día a una aldea de las costas de galilea llevando las buenas nuevas a todas las personas y estableciendo el Reino de los cielos en la tierra. Betsaida es conocida por su actividad pesquera, algunos de los mejores en este rubro están en la localidad. Los pescadores mas experimentados están en sus tareas de mantenimiento de sus embarcaciones, ellos quieren mantener las relaciones de negocio y comercio con sus clientes, quieren expandir su sociedad, sus relaciones interpersonales.

Así recorría el día como cualquier otro en la vida de los pescadores de Betsaida, hasta que llega el Maestro seguido por un grupo de personas hambrientas por escuchar esa palabra de aliento, esa enseñanza de este maestro que sustenta su alma trae consuelo y alivio. Jesús viene en camino y trae buenas nuevas, pero necesita una embarcación donde subirse y seguir entregando la palabra sin que nadie se quede sin escuchar. EL maestro necesita que algunos de estos pescadores se asocien con EL para traer el Reino de los Cielos a los necesitados. No busca una embarcación grande u ostentosa, solamente un barco en el cual subirse y servirse de el.

¿Cuántas veces el maestro ha necesitado de nuestras barcas? nuestro corazón, nuestras vidas mismas en algún momento se convierten en esas barcas que nuestro Señor Jesús anhela usar para impactar a otros. EL espera que nosotros aceptemos esa sociedad divina y que pongamos a su disposición nuestras barcas, nuestros conocimientos, nuestros dones y talentos para poder hacer cosas grandes para Su Reino...¡empecemos entonces a movernos en esa sociedad divina!   

domingo, 19 de febrero de 2023

Sal...sed y hambre

Cuando dejamos que el amor de Dios se instale en nuestros corazones podemos experimentar diversos cambios. No existe una persona que después de toparse con la inmensidad del amor de Dios siga con la misma perspectiva ante la vida;  y es que el entorno de nuestra vida comienza a tomar un nuevo sentido y a sentirle sabor a las diversas circunstancias de nuestro día a día.

La palabra de Dios es así. Entra en nuestro ser y es capaz de darle vida a lo que está por morir:el amor, la fe, la confianza. Todo toma un nuevo color, un nuevo aroma y un nuevo sabor.

Pues resulta que nosotros, los que seguimos a Cristo, hemos sido catalogados por nuestro maestro como la luz del mundo y la sal de la tierra; Luz para alumbrar con nuestra vida y refractar la luz de Cristo, pero también debemos ser sal. Esa Sal que sirve para preservar, para dar sabor a los alimentos; todo nuestro contorno debe ser sazonado con la sal de Cristo.

Pero meditando en esto un poco más, encuentro que hay una característica peculiar de la sal, un elemento que muchas veces pasamos desapercibido y que debe ser o mostrarse en nuestras vidas.

Resulta ser que la sal aparte de dar sabor y servir de presevante, tiene la propiedad de producir sed y hambre; estas propiedades están demostradas científicamente. La sal pone en acción ciertas neuronas que emiten impulsos que le indican al cuerpo humano que necesitan regular el nivel de sal en los líquidos corporales, esto hace que el cerebro mande la señal que es necesario un sorbo de agua fría y a su vez nos abre un poco más el apetito.

Esa acción es la que necesita estar presente en nuestras vidas. Si hemos conocido del amor y la misericordia del Señor es que hemos determinado también ser sal.  pero ¿Será que los que nos rodean están siendo activados para tener hambre y sed de Jesús? sin afán de juzgamiento  ni prejuicios esto debería ser el común denominador en nuestras vidas; el hambre y sed por conocer del amor de Cristo debe ser producto de nuestra sal, si no lo estamos viviendo...¿Será que necesito que mi sal vuelva a activarse? porque a diferencia de la sal natural, esa del mar, cuando pierde su sabor y se vuelve insípida ya no sirve para hacer su función; nosotros por el contrario tenemos a Cristo en nosotros y su palabra que sirve como activador de la sal en nuestras vidas.

Quizás el día a día no nos permita muchas veces cumplir el propósito, puede ser que las inseguridades no nos permitan salir de una vez por todas del salero, pero nuestro llamado y propósito está ahí vigente y esperando por nosotros...producir hambre y sed en los que aún no han bebido del raudal de vida que e Cristo ni se han alimentado de Su hermosa y bendita palabra.


 




viernes, 17 de febrero de 2023

Apuntando con Fe

Extiende la jabalina

¡Qué complicado es volver a empezar! requiere una buena dosis de humildad el poder reconocer que fallamos, que no pusimos la debida atención quizá a la dirección celestial, no estuvimos atentos a escuchar las voces de alerta con las que nuestro Dios nos cubre con su amor y cuidado.

Josué está confundido y triste a la vez. Y no es para mernos, su gran victoria sobre Jericó lo traía muy confiado, y no solo a él sino a todo el pueblo de Israel. Los exitos son así, por un momento nos hacen creer que esa sensación de satisfacción por haber obtebido un logro será una constante siempre. Muy ingenuamente caemos en los mareos de la victoria y nos olvidamos que cada logro alcanzado no es nada más que un episodio en esta historia de vida que vamos escribiendo día a día.

¡Que bendición las victorias épicas! esos logros que alcanzamos a base de la mezcla de nuestro esfuerzo más la confianza en nuestro amado creador. Esos momentos en los que la respuesta divina trae refrigerio a nuestro angustiado corazón por algún tema de la vida humana, que por muy terrenal y vanal que parezca nos minan poco a poco la fe. Gracias a Dios por esos momentos que El se une a nosotros para pelear nuestras batallas.

Pero luego de un Jericó, quizá a la vuelta de la esquina, hay un Hai que nos derrota con duda e incertidumbre, que produce bajas sensibles en nuestra confiaza puesta en el Señor Jesús.
En un instante, Josué y el ejército de Israel pierden una batalla que a todas luces parecía fácil. Luego de vencer los muron impenetrables de Jericó, la ciudad de Hai era un paseo de domingo por la tarde...pero, ¡sorpresa! la derrota los agarra desprevenidos.
¡Cuántas veces la derrota nos ha sorprendido con su inesperada visita! Josué se siente culpable por las bajas en su pueblo, tanto que lanza la famosa pregunta que todos hacemos al cielo cuando nos encontramos en las mismas ciscunstancias, ¿Porqué, Dios?

Y la respuesta divina no se hace esperar, la respuesta no está en cielo, está en medio del pueblo, está en tí. Alguien dejó entrar la avaricia y la codicia hurtando cosas que no le pertenecían. Los aplausos por los logros no son nuestros, la admiración por un éxito alcanzado no es nuestra, todo es por Su gracia.

Pero la historia, no termina en derrota; Luego de arreglar el asunto con Dios se dispone nuevamente para salir a la guerra;pero esta vez, con la estrategia correcta, con la actitud correcta.
Dios le dice en esta ocasión:'levanta tu jabalina, alza tu lanza y apunta en dirección a la ciudad de Hai, que no se canse ni se debilite tu brazo porque ahí donde apuntas tu fe, verás la victoria'...

¡Animo! sigamos apuntando con la lanza de la fe, no desmayemos que el Señor està de nuestro lado

jueves, 9 de febrero de 2023

Conversando con "El Ego"

 "El rey reflexionó y dijo..."

Uno de los pecados más insidiosos dentro de la humanidad es la murmuración, y no hablo solamente en términos eclesiásticos, sino a nivel de la sociedad, y debemos ser más explícitos, en la familia, pero vamos más adentro, en el matrimonio, pero podemos ahondar un poco más...en el individuo.

Un rumor o una murmuración en una sociedad puede terminar desestabilizando un grupo de personas logrando perturbar la paz y generar caos y confusión. De la misma manera en la familia, la murmuración puede suscitar heridas muy profundas y difíciles de sanar en los corazones de nuestros seres queridos.

¡Y qué podemos mencionar acerca de la murmuración en el matrimonio! es la entrada a juzgar, a celos, y con esto el enemigo se roba la paz del hogar.

Pero...¿se puede murmurar con uno mismo? La respuesta es simple..,¡Si!

Que nadie tenga más alto concepto de si mimo que el que deba tener- fue el sabio consejo que el apóstol Pablo dejó plasmado en su carta los romanos, y es que, a fuerza de ser sinceros delante de Dios y de nosotros, la mayoría de veces nos vemos inconscientemente hablando muchas veces con nuestro propio corazón, siendo muy benevolentes con nuestra alma y con nuestros pensamientos, es ahí donde corremos el peligro de dialogar con nuestro "Ego", ese instinto que nos impulsa la mayoría de veces a elevarnos y perder de vista que el único grande, admirable y digno de reconocimiento debe ser el que nos hizo, el creador de nuestras vidas.

Pues en el relato bíblico se nos cuenta acerca de una peculiar conversación que se llevó a cabo en el balcón real, en la intimidad del palacio, en la alcoba del rey, el emperador más grande de su tiempo, solo su nombre es imponente...Nabucodonozor, no hay quien  no le tema a ese nombre, a su imperio; Pueblo reconocido no sólo por su ejército avasallador, sino también por su nivel de cultura, su nivel de conocimiento en todas las ciencias: escritura, música, arte, y no hablar de su arquitectura....¡ahh esos hermosos jardines colgantes de babilonia!..... "El rey reflexionó entonces, y dijo..."

Qué peligroso es conversar con el ego, el rey muy ufanado por sus logros se olvida del que le ha permitido llegar a la posición donde está, conseguir todo lo que ha obtenido, quizá nunca supo que el éxito de su invasión a Jerusalén es parte de una estrategia divina para tratar con el pueblo escogido....pero este rey está embebido en su orgullo, no se da cuenta que conversar con su ego lo animaliza, le quita la cordura y termina por un tiempo rebajado a una bestia del campo.

Dios nos libre de conversar con el ego, ese mal consejero que nos hace menospreciar la providencia divina, la misericordia del amor de Dios que nos ayuda a superar cualquier circunstancia que nos rodea...todo se lo debemos a Él.  


domingo, 4 de septiembre de 2022

Las tablas de la ley (Desciende pronto)

 Deuteronomio 9:12

Y me dijo Jehová: Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido...

Moisés ha pasado cuarenta días en la cumbre del monte Horeb, sin probar pan ni beber agua, sustentado únicamente con el deseo de obedecer el mandato divino, la instrucción de recibir la ley escrita por el dedo de Dios en dos tablas de piedra. Moisés ha pasado todos estos días aislado, en una privación no solamente del alimento físico, sino también en un ayuno de las cosas terrenales, encerrado solamente con la compañía divina del Dios al que servía. 

Todo este sacrificio era con un solo propósito: recibir las instrucciones de lo que Dios quería para su pueblo recién sacado de la esclavitud de Egipto, es decir, Moisés necesitaba conocer la voluntad de Dios para con el pueblo de Israel, y aquí viene lo que nos compete a nosotros, los cabeza de hogar:

¿Estamos pasando tiempo en la presencia de Dios (monte Horeb) indagando y trayendo Su voluntad (tablas de la ley) para que nuestro campamento (familia) no se corrompa? porque el llamado de Dios para nosotros como hombres es que debemos procurar que nuestro hogar dignifique el nombre del Señor Jesús, caminando entonces en su voluntad pero primeramente conociéndola por medio de su palabra.

Por esa razón Dios le dice a Moisés que se apresure con las tablas de la ley, antes que todo el pueblo se termine de corromper. Antes que nuestro campamento empiece a derivar en actitudes que deshonren a Dios, debemos descender de la presencia de Dios pero no con las manos vacías, sino con palabra, con autoridad, con conocimiento de cómo Dios desea que nuestra casa se conduzca.

Entonces hay un precio que pagar, una demanda que hay que suplir, pasar no cuarenta días sin probar alimentos, pero más bien, debemos restringir nuestro ser para no alimentar nuestra alma con sus deseos carnales, solo de esa manera podremos bajar del monte con las estrategias para vencer la tentación y la inclinación al mal en nuestra casa, nuestros hijos y esposas dependen de ello.

¡Qué el Señor nos ayude todos los Moisés!


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